El presidente de PwC, Gonzalo Sánchez, no prevé que se produzcan crecimientos económicos «muy fuertes» en los próximos años y cree que la inflación bajará algo, pero se mantendrá en torno al 4% durante «largo tiempo». Sánchez ha realizado estas manifestaciones en Bilbao, donde ha asistido a la inauguración del centro internacional de emprendimiento B Accelerator Tower (BAT), impulsado por la Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao y que estará operado por PwC en alianza con Talent Garden e Impact Hub.
En el acto de inauguración, ha afirmado que se está en un momento en el que parece que «lo más importante es si se entra en recesión o no o si se crece o se decrece un 1%» cuando, a su juicio, eso no es lo importante, sino prepararse para un modelo económico que está cambiando. «Nos vamos a enfrentar a un modelo con una inflación que bajará, –no habrá inflaciones del 9%, pero sí una inflación constante en torno al 4% durante largo tiempo– con unos tipos de tipos de interés que están al alza y seguirán subiendo probablemente los próximos meses y nunca veremos tipos de interés como los del pasado», ha indicado.
Junto a ello, respecto al crecimiento, ha adelantado que habrá «picos», pero prevé que «no será un crecimiento muy fuerte en los próximos años». «Vamos a tener que jugar con una inflación alta, tipos de interés probablemente por debajo de la inflación y un crecimiento bajo. Hay que prepararse para navegar en esa tormenta y no será sencillo», ha añadido. Sánchez ha afirmado también que las economías desarrolladas son aquellas que se identifican con «altos» niveles de bienestar, renta per capita, infraestructuras y avance tecnológico, implicando ello «necesariamente lograr, entre otros, salarios elevados para el soporte de la inversión social.
Este modelo requiere producir con valor añadido para poder fijar «precios adecuados» y trasladar al mercado la casuística de costes y también tener «una productividad alta» para poder sostener «los márgenes y la inversión social». Según ha indicado, esta necesidad se pone aún más de manifiesto en un entorno como el actual con «mayores costes energéticos, con un mayor precio de todos los consumos por la inflación y con mayores costes de personal por la falta de capital humano».
En relación a las maneras de mejorar la productividad, ha indicado que hay consenso en dos elementos clave, que son la tecnología y la innovación. En este sentido, ha indicado Europa sigue siendo una potencia económica mundial pero ha perdido peso su actividad empresarial respecto a economías como Estados Unidos o China. En concreto, el peso de las economías europeas en la capitalización y los beneficios globales se ha reducido a la mitad en las dos últimas décadas y Europa ha sufrido una ralentización del crecimiento de su productividad y es un 14,5% inferior a la de Estados Unidos. En España, según ha apuntado, la productividad por hora trabajada en 2020 ha sido un 14,1% inferior a la eurozona y el gasto de I+D+i en el sector privado es menos de la mitad del de la Unión Europea.
«Pero lo cierto es que tenemos toda la capacidad necesaria para que estas cifras no fueran así, conseguimos más con menos y de hecho los ingresos generados en el Estado por productos innovadores superan el 15% de los ingresos totales de las empresas mientras que la media europea está en torno a 13%, así que no es un problema de retorno de la inversión y además sabemos que es posible conseguir mejoras de productividad con palancas realistas como la inversión en tecnología», ha añadido. Sánchez ha indicado que se estima que se puede lograr un 1% de crecimiento a la productividad solo por explotar las oportunidades digitales con tecnologías como la inteligencia artificial, el blockchain o la computación de alto rendimiento.