sábado, 23 noviembre 2024

Un Gobierno en el país de Nunca Jamás

En el Consejo de Ministros de 26 de julio, el gobierno presentó su informe de sobre la situación económica en el que mantenía la previsión de crecimiento del 4,3% para 2022 y revisaba ligeramente a la baja, en 8 décimas, la de 2023, hasta el 2,7%.

En las mismas fechas, organismos como Funcas o la Airef pronosticaban un crecimiento de 4,2% y 2% para este año y el próximo respectivamente. Otros organismos, como la OCDE y el FMI, han rebajado sus previsiones de crecimiento para este año al 4%. Y unas décimas se traducen en miles de millones de euros menos de crecimiento.

Por otro lado, el Presidente en su reciente ¿debate? con el líder de la oposición en el Senado presumió de que, gracias a la gestión de su gobierno, nuestro país “avanza en el saneamiento de las cuentas públicas, reduciendo la deuda”.

La realidad es totalmente diferente: en junio la deuda pública subió hasta el máximo histórico de 1.475.392 millones de euros y la deuda per cápita, la que tenemos cada español “gracias” a las decisiones y medidas puestas en marcha por Sánchez y sus ministros, ascendió a 31.105 euros habiéndose incrementado en 1.000 euros en un solo año.

Y aunque el dato de deuda sobre PIB ha bajado ligeramente esto se debe a un efecto puramente matemático ya el crecimiento del PIB inflado nominalmente por la inflación, la más alta en década y que lleva meses en tasas de dos dígitos, artificialmente, el cociente.

Una deuda que cada vez pagamos más cara, concretamente el Tesoro español paga el doble que hace un año para financiar su deuda. Es decir, todos los españoles pagamos el doble por la deuda que Sánchez ha asumido en nuestro nombre sin consultarnos además de sufrir la subida de los tipos de interés de préstamos e hipotecas debido a la política alcista del BCE para tratar de poner coto a una inflación disparada.

Y la chulísima reforma laboral de Sánchez y Yolanda Díaz ha provocado que la duración de los contratos temporales baje a mínimo, en concreto ha pasado de 43,5 en 2021 a 39 días en 2022, demostrando que era puramente cosmética.

Y como guinda de este pastel, la prima de riesgo se sitúa en 155 puntos básicos, 50 más que el año anterior. Es decir, en un año ha aumentado en 50 puntos el riesgo de impago de nuestro país.

Un panorama sombrío y poco halagüeño que se convierte en aterrador cuando nuestros gobernantes viven conscientemente instalados en el país de nunca jamás. Y, como Peter Pan y sus amigos, niegan la realidad y no asumen su responsabilidad en el agravamiento de una crisis que no quieren reconocer ni atajar con medidas útiles y sensatas como bajar impuestos.

Bajada del IVA o deflactación del IRPF son conceptos que Sánchez y su equipo nunca van a manejar porque no podrían seguir disfrutando de los ingentes ingresos tributarios extraordinarios – estos sí, caídos del cielo “inflacionario”-  que ha recaudado el Estado en los últimos meses ni continuar financiando sus privilegios y unas políticas clientelares y liberticidas (control de precios, “cheques compra votos”, …)  más propias de países como Venezuela o Cuba que de verdadera democracia.

Lo que no sabe nuestro gobierno es que las crisis no se resuelven con el “polvo de hadas” de la demagogia, la mentira y las ocurrencias sino con medidas realistas y meditadas que se han demostrado eficaces en otras crisis y países.

Antonio González Terol, diputado del Partido Popular (PP)


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