jueves, 12 diciembre 2024

España se arriesga con el gas ruso

Mientras el resto de Europa busca dejar de depender del gas ruso en España no dejan de aumentar las importaciones, aún con las amenazas de corte desde el inicio de la guerra en Ucrania. Desde marzo se han pagado unos 154 mil millones de euros a Moscú para comprar gas, y hasta el mes de agosto ese número sigue creciendo.

Las compras a Rusia tampoco son necesariamente una novedad en España ni en Europa. Pero lo llamativo es que sigan aumentando mientras que en cada discurso Putin amenaza con cortar el suministro al continente, y que mientras tanto el país se haga más dependiente aún de sus decisiones. 

En España durante el verano las importaciones del verano, los meses de junio, julio y agosto aumentaron con respecto a 2021. Es cierto que la importación en julio fue menor que en junio, pero esto es una evolución normal de todos los veranos en las compras a Rusia. 

EL MAYOR COMPRADOR A RUSIA ESTE VERANO

Los números de España lo convierten en el mayor importador de gas licuado a Rusia en lo que va de 2022. Según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) en los primeros 7 meses del año la importación a Rusia país ha aumentado un 24,2%.

En esos meses España ha pagado a Rusia y las compañías energéticas del país unos 747 millones de euros por gas licuado según reporta el Centro para la Investigación por el Aire y la energía limpia (CREA por sus siglas en inglés). El siguiente país en la lista, Francia, ha pagado 147 millones menos, y se superan los números de China por 230 millones.

Desde el inicio de la guerra se han pagado en unos 1500 millones de euros a Rusia por el gas licuado. Solo dos países superan a España en las importaciones de está materia prima en todo el mundo, Francia y Bélgica.

CRISIS CON ARGELIA

Las convierten a Rusia en el tercer mayor proveedor de gas a España este año, superado por Estados Unidos en el primer puesto y Argelia, tradicionalmente la mayor fuente de gas natural para España, en el segundo. Lo cierto es que se habían hecho unos esfuerzos importantes en disminuir al mínimo la dependencia del gas ruso, pero la crisis diplomática con Argelia complicó la situación

El caso argelino es llamativo pues a pesar de la alta cantidad de gas que aún viene desde el país africano el total no hace sino bajar. En el mes de julio las importaciones desde Argelia bajaron un 41% en comparación al mismo periodo en el año anterior mientras han aumentado las de países como Estados Unidos, Nigeria y, de forma preocupante en esta encrucijada, de Rusia. 

LAS AMENAZAS RUSAS

Este aumento de las importaciones de gas desde Rusia ocurren mientras el gobierno de Putin sigue amenazando con cortar del todo los envíos energéticos a occidente debido a las sanciones impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos por la invasión a Ucrania. 

Ya tomó uno de los pasos más importantes: El cierre del gasoducto Nord Stream, que abastece de gas a Alemania. Es una primera medida, adelantada varios meses a los que esperaban los expertos, que podría hacer que todo el continente entre en recesión antes de lo previsto, y reduzca su PIB casi punto y medio en 2023.

Más temprano este año Putin había ordenado detener las ventas por gasoducto a Polonia y Bulgaria al principio de la guerra, exigiendoles el pago en Rublos, lo que levantó las primeras alarmas en la UE tras las sanciones. Si bien aún no han cortado los envíos por barco, un plumazo dejaría a España sin su tercer mayor proveedor.

OPCIONES DE EMERGENCIA

Por fortuna Rusia no es el único proveedor que tiene España en cuanto a gas licuado. De momento Estados Unidos sigue mostrándose como la principal fuente de esta materia prima, y países como Nigeria también han aumentado sus ventas del material. 

También es cierto que los depósitos de gas españoles se encuentran llenos en este momento, por lo que podrían soportar un corte de envíos por varios meses. De hecho España completó el objetivo de tener sus reservas de gas al 80% varios meses antes que el resto de los países europeos, y llegó a ponerse a la orden de otros países de la unión para vender gas en caso de una crisis.

Lo cierto es que la crisis de energía en Europa bien puede durar varios inviernos, más a medida que se siga alargando la situación en Ucrania. Por tanto es importante que los países de la unión se planteen opciones, pues es previsible que Rusia haga lo posible para obligarnos a apretar el cinturón. 


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