Será el próximo 12 de marzo cuando Borja Prado se despida de Endesa. Entonces Enel, el socio italiano mayoritario de la eléctrica española, y emulando la entrega de premios de los Oscar, dirá aquello de: “y el sucesor es…”. Juan Rosell, ex presidente de la CEOE, y Aldo Olcese, que entre otros ‘trabajos’ asesoró a los gobiernos de Zapatero y Rajoy, han empezado su particular campaña de promoción para alcanzar la ‘estatuilla’. ¿Cuáles son sus cartas?
Juan Rosell dio su último discurso ante los miembros de la CEOE el pasado 21 de noviembre. Días antes, y en su despedida de los medios de comunicación, hizo balance. “He intentado ser prudente, me gustan los números, los argumentarios y la documentación”, subrayó.
Y sintetizó en tres palabras su labor: profesionalización, transparecia y tesorería, a la que calificó como “confortable”. De hecho, en caja dejó 21 millones de euros. “Todo está auditado. Hemos hecho cambios en comisiones, en grupos de trabajo, y en tantas otras áreas que hemos dejado el barco en la buena dirección y con mucho recorrido”, aseguró. Todo un as en la manga para convencer a los mandamases de Enel que deben hacer frente, entre otros asuntos, a una transición energética que se vislumbra cuanto menos apasionante.
Tanto Rosell como Olcese comparten señas de identidad y una agenda ‘práctica’ en Endesa
Y es que a Rosell le gusta renovar y los desafíos, así como trabajar en clave de empresa. La prudencia, la pausa y la tranquilidad son los otros tres ases que conforman, junto a la profesionalización, su particular póquer para convencer a Enel. Además, conoce la empresa, ya que fue consejero de la misma en Cataluña.
Hablando de Cataluña, su tibieza a la hora de definirse, que incluso le llevó a ‘enemistarse’ con miembros de la CEOE que no vieron bien su posición, y que incluso pidieron su dimisión, podría restarle opciones. “Me voy a quedar mudo durante un tiempo”, dijo en su despedida de la patronal. Corto, si finalmente acaba siendo el elegido. Su relación, gracias a la presidencia de la patronal, con el actual consejero delegado, Francesco Starace, es más que cordial, y es una baza a su favor.
OLCESE TAMBIÉN CONOCE ENDESA
Aldo Olcese, al contrario que Juan Rosell, no es una persona que se defina por estar abierto a los medios de comunicación. Más bien se trata de alguien que prefiere trabajar en la sombra, sin focos mediáticos, y minucioso, muy minucioso. Hace años tuve la oportunidad de mantener una entrevista con él y es de las personas que no deja un cabo suelto. Antes, durante, y después de la entrevista. Con su trabajo sigue la misma rutina.
Como bien se autodefine en su página web, es un intelectual de la economía, financiero y empresario. Experto en Responsabilidad Social Corporativa (RSC), ha asesorado en esta materia a gran parte de las empresas del Ibex 35. Uno de sus fines siempre ha sido la búsqueda del bien general desde el interés privado. Él lo llama capitalismo humanista.
En aquella entrevista, por ejemplo, preguntado sobre cómo debería ser el informe de un analista, fue rotundo al responder que “aséptico. No influenciado por la coyuntura de los mercados. Deben reflejar en sus informes la realidad de las empresas y sus proyecciones futuras de las que se debe deducir su valor intrínseco”. Toda una declaración de intenciones. Ideas claras. Mente abierta. Y concienzudo. Mucho.
Olcese conoce bien las bambalinas de la política italiana y española, así como el funcionamiento de las empresas y de los mercados. En su ‘zurrón’, cargos en compañías como Telepizza, Société Générale, Ericsson, KPMG, Santander Consumer Bank, Fundación de Estudios Financieros, Fincorp… Entre sus premios y condecoraciones, la Gran Cruz del Mérito Civil de España o el Mérito de la República Italiana. Dos buenos comodines.
Olcese conoce Endesa, ya que la enseña le encargó trabajos relacionados con el gobierno corporativo cuando Enel movió sus ‘peones’ en el tablero para hacerse con el control de la española. Y se ha ganado el favor de aquellos con los que han trabajado, tanto en el plano político (ya fuesen de derechas o izquierdas) como empresarial. Aquí y allá.
Tanto Olcese como Rosell mantienen su particular agenda de contactos en Endesa. A ellos deben mostrarles sus cartas y jugar una partida cuya finalidad no es otra que les vean como una figura que transmite confianza al mercado y a los accionistas.