Los riders de Glovo y Deliveroo se encuentran laboralmente en tierra de nadie por falta de una regulación concreta. ¿Son falsos autónomos o no? Se está convirtiendo en el eterno dilema. La polémica está servida en la sociedad, en el Ministerio de Trabajo y en los tribunales. Nadie tiene la respuesta correcta, porque no existe. “No hay regulación sobre este tema”, confirma un portavoz de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) a este medio.
“No es correcto llamarles falsos autónomos porque no lo son. Este término se refiere a alguien que cotiza por cuenta propia en la Seguridad Social cuando debería ser asalariado. Pero como estos servicios son tan nuevos, todavía no hay una regulación concreta, y cada uno lo interpreta de una forma”, señala la portavoz.
La evidencia de este limbo laboral se refleja en los juzgados. “Actualmente podrían considerarse tanto autónomos como trabajadores asalariados, pues tienen características de ambas partes. Se necesita una jurisprudencia urgente porque ahora mismo todo está en el aire. Nuestra asociación está hablando con la comisión del Régimen de la Seguridad Social para Autónomos (RETA) para ver si se llega a una solución”, confirma la portavoz de la asociación.
CONTRADICCIONES EN LOS JUZGADOS
El juzgado de lo social número 39 de Madrid falló hace unos meses a favor de Glovo. En aquella ocasión, la sentencia confirmaba que la relación laboral que había entre ambas partes “no reúne las características propias de una relación laboral” por lo que se les considera como “trabajadores independientes”. Sin embargo, el juzgado de lo social número 33 de Madrid ha dictado sentencia en favor del repartidor, a quien ha considerado como falso autónomo después de confirmar que existe una relación laboral con la empresa.
Esta sentencia va de la mano con la dictada contra Deliveroo, que también reconocía a sus trabajadores como falsos autónomos. Estos cambios de criterio por parte de los juzgados reflejan la dificultad de establecer una jurisprudencia que regularice este tema, aunque según insisten desde ATA “es fundamental si queremos llegar a un acuerdo concreto”.
Según la Inspección de Trabajo, la cifra de “falsos autónomos” se ha multiplicado por diez respecto al año anterior, alcanzando las 19.000 personas. Más de la mitad de estos casos se han destapado en el sector cárnico, donde la Inspección ha intensificado su actuación a raíz de las denuncias de la federación de Industria de CCOO.
«DOBLE FRAUDE»
En esta línea, el secretario general de CCOO, José María Martínez López, denuncia que el tipo de contratos de los riders de estas empresas “son un doble fraude”, que además de repercutir significativamente en las arcas públicas viola los derechos laborales de los trabajadores.
Por un lado, “no son autónomos porque no cumplen con los requisitos para serlo”, según Martínez. Estos son: realizar una actividad económica por cuenta propia y a título lucrativo, desarrollarla sin depender de dirección de otra persona y que se lleve a cabo de manera habitual. Por otro lado, «no cobran por las horas que trabajan porque no se controla, a veces hacen jornadas de trece horas y nadie dice nada», añade.
«Estas personas realizan unas jornadas laborales explosivas, lo que está muy lejos de la ley y de los derechos de los trabajadores. Este tipo de trabajos y de contratos son una lacra social que ya es hora de vencer, y aunque aún queda mucho camino por recorrer, estamos haciendo camino al andar», apunta preocupado Gonzalo Fuentes, responsable de Hostelería y Turismo del sindicato.
Según confirma Fuentes, «solo falta que el Tribunal Constitucional falle a favor de que son falsos autónomos. Y yo creo y espero que sea así, porque sería un paso importantísimo en la lucha de los derechos laborales y puede dar pie a otras reivindicaciones necesarias en otros sectores».