Protegerse de la inflación es casi obligatorio si no queremos que nuestro dinero pierda valor. En momentos en los que el precio de los bienes y servicios sube, debemos buscar salidas a nuestro ahorro con el fin de combatir esa escalada. El mercado de valores en escenarios de guerra está sujeto a una gran volatilidad, pero si se tiene experiencia manejando acciones, la bolsa proporciona buenas rentabilidades, siempre y cuando se apueste por empresas líderes y se sepa identificar cuándo toca deshacer posiciones.
El mercado inmobiliario se encuentra viviendo un gran momento. Esto se ha debido principalmente al ahorro récord acumulado por parte de muchas familias, el deseo de cambiar de vivienda tras la crisis del coronavirus y las hipotecas históricamente bajas. Ahora bien, hay una serie de factores que conforman un cóctel explosivo. Por una parte, la caída de la oferta y el aumento de la demanda. Además, no hay otras opciones para aquellos que buscan en el mercado inmobiliario la forma de combatir la escalada de la inflación. La inflación galopante se sitúa en el 10,8% y sigue subiendo en un contexto en el que la bolsa es un escenario de volatilidad e incertidumbre geopolítica y económica en plena subida de los tipos de interés. El ahorro de las familias se encuentra en máximos históricos rozando el billón de euros en depósitos que no encuentran respuesta en términos de rentabilidad.
Esta coyuntura económica ha situado al sector inmobiliario, y en concreto a la vivienda, como un valor refugio casi a la fuerza (las compraventas crecieron un 23% en el primer semestre del año) y como una inversión muy atractiva y de seguridad frente a la subida generalizada de los precios.
INVERSIÓN SEGURA
En la lista de productos financieros que hagan las veces de refugio, la vivienda siempre está en los primeros puestos. Aunque no es un activo que brille por su liquidez, lo cual supone un riesgo, si se entiende como una inversión a largo plazo. Es capaz de otorgar unos ingresos estables más allá de su amortización, para después, venderla y así obtener una plusvalía que podría estar incluso por encima de un plan de pensiones medio. Su protagonismo es más latente cada vez que un cambio en el plano geopolítico tiene consecuencias nefastas debido a la globalización. Invertir en patrimonio inmobiliario es un flotador para una gran parte de los pequeños ahorradores.
PROMOCIONES DE PREVENTA DE NUEVO SOBRE LA MESA
La obra nueva está de moda y tiene más público del que puede aceptar. Más allá de lo que se podía pensar en un primer momento, la pandemia favoreció las operaciones dentro de esta tipología. El deseo de tener una vivienda que se amoldara a los nuevos criterios de búsqueda que puso de manifiesto el confinamiento era algo que solo podía suplir la promoción residencial. Además, la subida de los costes de los materiales a causa del conflicto entre Rusia y Ucrania, desestabilizó unas cifras de producción que, si ya de por sí no cumplen con la demanda habitual, menos del inversor en vivienda que compra sobre plano.
FIEBRE POR EL LADRILLO
Los portales inmobiliarios son un actor que ha asistido en primera fila a la excepción del «boom» que ha estado experimentando la venta de vivienda. La fiebre del ladrillo, que empezó a dejarse notar en abril del pasado ejercicio sigue vigente. En el primer semestre de 2022 alrededor de 330.000 viviendas han cambiado de manos en España, un dato no registrado desde 2007. Sin embargo, en aquel entonces hace más de dos décadas, ahora prácticamente no existe obra nueva.
LA coyuntura económica ACTUAL ha situado a LA VIVIENDA como un valor refugio casi a la fuerza
El último dato, correspondiente a los meses entre enero y junio de este año, recogidos por el Instituto Nacional de Estadística señala que las compraventas de viviendas rozaron las 270.000. España se encuentra en este sector por encima de los registros de los años de la burbuja inmobiliaria de principios de siglo. Y, como entonces, con los precios en ascenso hasta el momento.
LAS HIPOTECAS SIGUEN LLAMANDO LA ATENCIÓN
Los tipos de interés, al estar en mínimos históricos antes de la subida, también impulsaron la compraventa de vivienda. Y es que una hipoteca accesible siempre ayuda a que el cliente invierta en vivienda, ya que los intereses de la deuda están por debajo de la rentabilidad del activo, cubriendo costes y hasta ingresos adicionales. Pero la inflación siguió subiendo y finalmente en julio, el Banco Central Europeo elevó los tipos de interés oficiales por primera vez en seis años y lo hizo con la mayor subida en 22 años. No obstante, la vivienda continúa siendo un activo refugio imprescindible dentro de una cartera de inversión diversificada.
Es muy complicado analizar las circunstancias fuera de serie, pero es muy probable que el mercado de vivienda siga exhibiendo fortaleza hasta que finalice el presente ejercicio de 2022. Por lo que estamos presenciando, las circunstancias están por encima que los primeros indicios de desaceleración.