Ser propietario de un Ferrari es el sueño de cualquier apasionado de los coches (con dinero). En el ámbito bursátil, sus acciones se han convertido en un valor refugio para inversores con una subida desde su salida a bolsa en 2016 superior al 150%.
El constructor de Maranello es una de esas compañías que Warren Buffett bautizó como “moat”. El multimillonario inversor estadounidense no hablada de “fosos” (su traducción literal), sino de la durabilidad de la ventaja competitiva de las empresas como factor más importante para una inversión de éxito. «Lo más importante [es] tratar de encontrar un negocio con un foso amplio y duradero a su alrededor… protegiendo un magnífico castillo económico con un señor honesto a cargo del castillo», dijo Buffett en una entrevista a la cadena CNBC. Ferrari lo es.
“Ferrari más que una marca es una pasión por muchos factores: el diseño, las sensaciones al volante, el amor por una historia mítica que ha evolucionado en el tiempo ofreciendo siempre unas prestaciones únicas…”, explica la responsable de Marketing de Ferrari en Madrid, Inés Pastor. Hasta tal punto alcanza la fama de la firma italiana en todo el mundo que se han levantado mitos en torno a ella. Por ejemplo, que es necesario ser propietario de un modelo de segunda mano antes de adquirir uno nuevo. “Nosotros no ponemos ningún requisito de entrada a la marca; nuestros clientes son apasionados de la marca y de lo que implica”, aclara Inés Pastor.
El castillo construido por Enzo Ferrari en 1929 avanza firme hacia el futuro. La frase es bonita, pero está asentada en las cifras. La marca del Cavallino Rampante registró un beneficio de 645 millones de euros en 2018, lo que representa un crecimiento del 20,1% con respecto a 2017. Obtuvo unos ingresos de 3.420 millones de euros y las ventas subieron un 10,2% hasta las 9.251 unidades. Tal es la sinergia positiva que los analistas de Bloomberg estiman un ebitda de 2.400 millones de euros para 2020.
El análisis de las cuentas de Ferrari refleja una empresa sólida y saneada. El valor de la compañía transalpina ha pasado de 10.000 millones de euros en 2015 a 22.700 millones de euros en los últimos doce meses corrientes, según los datos de Bloomberg. Ha multiplicado el efectivo en caja por cinco desde 2013. El retorno sobre el capital ha pasado de 9 a 23 en tres años y el margen bruto asciende al 51%, una rentabilidad difícil de igualar en el mercado. Además, sus clientes no son de los que no pagan (o al menos no tienen problemas de liquidez).
FERRARI ACELERA EN BOLSA
Por todo ello, al igual que el oro y otros valores relacionados con el lujo, Ferrari se ha establecido en la Borsa italiana como uno de los valores refugio favorito de los inversores. Desde su salida a bolsa en enero de 2016, los títulos del constructor italiano han subido más de un 150%. Comenzaron su cotización a un precio de 43 € y en la actualidad navegan en el rango de los 109 €. Llegaron a rozar los 130 € el julio de 2018, pero no ha podido librarse de la inestabilidad de la economía italiana asociada a los problemas de la deuda pública y la situación complicada de los bancos.
El sector de la automoción no vive su mejor momento. Aunque Ferrari sigue en su castillo rodeado por un foso ajeno al mundo exterior, las marcas sufren la inestabilidad del mercado. Un ejemplo es Daimler. El gigante alemán propietario de Mercedes-Benz presentó recientemente una caída anual en los beneficios del 30%. El debate actual sobre el diésel, el cambio al nuevo método de prueba WLTP y la disputa comercial global han tenido reflejo en sus resultados financieros.
La mayoría de los problemas que están sufriendo las marcas generalistas no atañen a la italiana. Apenas tiene motores diésel, sus dueños no miran mucho el ahorro en la gasolinera, y su producción es reducida como para verse afectada por la guerra USA-China. Además, mientras los usuarios medios dudan qué coche comprar dadas las restricciones de movilidad y la persecución al diésel, la aspiración de poseer un Ferrari es ajena a modas y campañas políticas.
Es más, el número de millonarios en el mundo ascendió a 18 millones de personas en 2017, según un informe elaborado por la consultora Capgemini. En España, por citar un país al azar, se contabilizaron a cierre de 2017 un total de 224.200 millonarios, quienes representaban una riqueza de 653.200 millones de dólares (566.000 millones de euros), la mitad de todo el dinero que produce cada año el país.
Un vistazo al gráfico muestra la evolución de Ferrari (en blanco) comparada con algunos de los mayores grupos automovilísticos del mundo como son Daimler (verde), BMW (rosa) y Fiat (naranja). En 2018 todos los «competidores» de la marca dibujaron un canal bajista en el parqué. En 2019 están mostrando una leve mejoría, aunque bastante menos pronunciada que Ferrari.
“El valor de nuestros vehículos en el tiempo hacen que se trate de una buena inversión”, indica Inés Pastor. Las acciones también.