Cómo es posible que el FC Barcelona de Joan Laporta, un club en quiebra técnica, con una deuda estratosférica y que tuvo que prescindir de su mejor jugador haya podido realizar fichajes caros y salvar momentáneamente los muebles. Esta es la cuestión que se realizan en plantas nobles y vestuarios de los clubes con mayor renombre del deporte rey.
El FC Barcelona de Joan Laporta ha emprendido el peligroso juego financiero de endeudarse y desprenderse de activos para hacer frente a las exigencias de gasto a corto plazo del negocio. En definitiva, despatrimonializar el club, aunque sea por un período a medio plazo. El Barça define esta estrategia financiera como «palancas». Si todo va según lo previsto, el club podrá superar el bache. En cambio, podría torcerse y profundizar la crisis particular en caso de no alcanzar unos mínimos objetivos deportivos exigibles.
Antes de la activación de las palancas, Laporta y su equipo directivo debían cumplir con el techo de gasto de la masa salarial. Más, tras desvelar unas pérdidas y una deuda por encima de las estimadas en un primer momento. Para atajar el problema, el Barcelona comenzó a prescindir de jugadores con fichas elevadas, pero al mismo tiempo había que construir un equipo que diera ciertas garantías, al menos sobre el papel. Quienes se quedaron en el club aceptaron una sustancial rebaja salarial. La situación de hace un año era un patrimonio negativo de 451 millones de euros, 100 menos que el fondo de maniobra del club.
EL BARÇA DE LAPORTA TAN SÓLO TIENE DOS PALANCAS Y MEDIA MÁS
Con el apoyo de la mayoría de los socios del club, Laporta comenzó a trocear activos con el fin de poder dar entrada a dinero nuevo y fresco. Eso sí, a costa de repartir después ingresos posteriores, pero las necesidades del club aprietan tras la refinanciación de la deuda con Goldman Sachs y la obtención de 600 millones de euros con un interés favorable, según aseguran desde el club. En total, el club percibió 1.000 millones, un montante que tendrá que devolver. Ningún banco español ha participado en estas maniobras financieras dado que el crédito se devuelve con las rentabilidades obtenidas con los activos.
Laporta activó su primera palanca con el grupo norteamericano Sixth Street por el 10% de los derechos televisivos del club provenientes de LaLiga durante los próximos 25 años. El precio acordado fueron de 207,5 millones de euros, con una plusvalía de 267 millones. La operación ha permitido cuadrar el balance con beneficios y reducir parte de la deuda. No obstante, era insuficiente para acometer nuevos fichajes.
Para ello, el equipo directivo activó una segunda palanca. De nuevo, la venta de otro porcentaje de los derechos televisivos, estimados en unos 150 millones de euros por temporada. Así, Sixth Street se quedó con otro 15% del capital de la sociedad que controla estos derechos por otros 350 millones de euros, un montante alejado de los 400 que se pretendían conseguir. Con este montante, el Barça de Laporta ha afrontado los fichajes, así como vigilar que la masa salarial cumpla con lo estipulado y no supere el 25% de los ingresos del club.
LAPORTA HIPOTECA LOS INGRESOS DE LAS PRÓXIMAS TEMPORADAS
Sin embargo, la estrategia financiera hipoteca desde ahora los ingresos futuros del club. Y es que, estas ventas no podrán repetirse en la próxima temporada. De esta forma, el club tendrá que incrementar así el volumen de ingresos a través del propio negocio en los próximos ejercicios.
La tercera palanca ha consistido en vender el 25% de Barça Studio a la firma de criptoactivos socios.com, una empresa dedicada a la fabricación de NFTs, los token no fungibles, y codiciados por los amantes y coleccionistas. Sin embargo, está por ver la rentabilidad que obtendrá la compañía. El Barça ha ingresado por este porcentaje unos 100 millones de euros, si bien tiene una opción de recompra. El club puede vender otro 24,9% de esta filial.
El Barça, por otro lado, dispone de otras dos palancas adicionales para continuar con la maquinaria de ingresos. Una de ellas pasaría por la cesión de casi la mitad, el 49,9%, de los derechos de Barça Licensing and Merchandising (BLM), por un montante de unos 200 millones de euros. Los ingresos de esta filial dependen en gran medida de los resultados del club y de nombres que vuelvan a traer la ilusión a los aficionados. Por el momento, la pretemporada ha sido satisfactoria en resultados, juegos y nuevos jugadores, como Koundé, Lewandowsky y Raphinha, entre otros. Mientras que otros jugadores, como Dembelé están rindiendo a un alto nivel y cerrando así las heridas abiertas de la pasada temporada.
EL BARÇA PODRÁ SOSTENERSE SÓLO CON ÓPTIMOS RESULTADOS
El Barça, además, ha iniciado una auditoría para desvelar el valor real de los activos inmobiliarios del club, en un momento en el que tanto el suelo como los edificios están en precios similares a los de la burbuja de 2007 debido a la escasez de oferta. En este sentido, el club trata de tasar al mejor precio el Camp Nou, el Palau, Can Rigalt y la Ciudad Joan Gamper, entre otros. Por el momento, el valor total alcanza los 150 millones, una cantidad que espera triplicar. De esta forma, con un simple estudio reduciría a la mitad el valor de sus negativos fondos propios, al tiempo que podrían servir de avales en un futuro para la emisión de nueva deuda en caso necesario.
Todo ello sin contar con los ingresos por publicidad, como el patrocinio de Spotify, que ha inyectado 435 millones para los próximos cinco años, así como el cambio de nombre del estadio, que pasará a llamarse Spotify Camp Nou durante los próximos 13 años.
Con tal ingeniería financiera, el club ha pasado de dar la carta de libertad a Messi a engrosar sus cuentas, vender jugadores y permitir la salida de otros a precios irrisorios con el fin de rebajar el volumen de la masa salarial. La incógnita ahora es si el club podrá ahora ingresar el dinero suficiente para poder hacer frente a las próximas temporadas. Un enigma dados los resultados de las últimas, sin títulos y una afición capaz de vender sus entradas a sus rivales en partidos cruciales.
EL CLUB QUE MÁS HA GASTADO EN FICHAJES
Aún así, el club aún no ha realizado la inscripción en La Liga de varios de sus flamantes fichajes, aunque se espera que pueda hacerlo. Por ahora, es el equipo que más dinero ha invertido en jugadores para esta temporada, con 153 millones, mientras que apenas ha ingresado dinero debido a que la mayoría de jugadores salientes se ha ido de forma gratuita.
Así las cosas, Laporta ha salvado los muebles únicamente para esta temporada. Si existieran contratiempos, como lesiones de última hora o la salida gratuita de estrellas, como Dembelé, quien queda libre en 2024, el club tendría que volver a recurrir a su ingeniería financiera y encontrar nuevos acuerdos. Eso sí, siempre y cuando los números del Espai Barça que se proyectan cumplieran con las expectativas.