El cultivo de marihuana que antes fundamentalmente se llevaba a cabo ‘outdoor’ está encontrando en el cultivo interior (‘indoor’) una alternativa cada vez más empleada amparada en la laxa regulación española. Además, el impacto para el usuario final es «creciente» y le afecta en «múltiples aristas», afirma José Manuel Revuelta, director general de Infraestructuras y Redes de Endesa en declaraciones a Merca2.
Las plantaciones tipo ‘indoor’ están aumentando su peso en los últimos años al permitir obtener más cosechas que los cultivos de exterior, hasta cuatro en un año. Estos cultivos necesitan de grandes cantidades de electricidad para hacer funcionar los sistemas de iluminación, climatización y ventilación necesarios para el cultivo y obtienen esa electricidad mediante enganches ilegales a la red. De esta forma, los casos de fraude eléctrico en plantaciones de marihuana se han duplicado en los últimos cuatro años.
En el aspecto es económico, «este consumo ilegal lo que hace es que haya una demanda de electricidad que no se paga, lo que revierte en que sea el resto de los consumidores los que se vean afectados». Y este impacto es también indirecto, habida cuenta de la fiscalidad que se deje de pagar.
Hay que tener en cuenta que el consumo medio de una plantación corresponde al de 80 viviendas y que, en algunas áreas con alta concentración de fraude, representan hasta el 80% del total de electricidad consumida en la zona.
En el mismo sentido, en las zonas donde se registran estas explotaciones ilegales la calidad del suministro eléctrico se resiente de forma contundente, pese a los esfuerzos de las eléctricas, como Endesa que, «aunque estamos permanentemente renovando las instalaciones para incrementar la actividad, estos grupos elevan su capacidad de producción para llegar siempre al límite de la red, lo que conduce al sistema al estado de saturación», explica José Manuel Revuelta.
Al mismo tiempo, la seguridad se ve afectada en varios aspectos. «Cuando se produce una conexión ilegal de este tipo, ésta se sitúa al margen de todos nuestros mecanismos de control y protección, por eso, cualquier instalación sujeta a un fraude corre peligro de incendio y de provocar electrocuciones, no sólo para el que lo produce, sino para todo su entorno», señala el director general de Infraestructura y Redes de Endesa.
En este sentido, «por el propio uso y la manipulación de las instalaciones (algunas quedan al aire) estamos viviendo situaciones peligrosísimas que llevan a resultado de muerte en muchos casos», asegura.
Por todo eso, «consideramos que es un tema crítico y la forma de solucionarlo es establecer un marco legal del fraude que sea equivalente a aquellos de los países que nos rodean y no se produzca ese efecto llamada que está produciendo».
En el ámbito de la salud pública el problema resulta de considerables dimensiones, «porque hablamos de un crecimiento explosivo de la producción de marihuana».
CONCIENCIACIÓN CIUDADANA
Cada vez los ciudadanos son más conscientes del riesgo de este tipo de fraude en general y no sólo de marihuana por el peligro que entraña para ellos mismos. En cualquier caso, «desde Endesa mejoramos nuestros mecanismos de detección, pero precisamente ese aumento en la detección nos permite ver que el crecimiento es exponencial», apunta Revuelta.
«Para que nos hagamos una idea en estos momentos el consumo eléctrico para cultivo de marihuana en España sería el equivalente al de una ciudad grande como Palma de Mallorca -ascendería a 1,5TWh- imaginemos la demanda energética de una ciudad así dedicada a la producción de marihuana a través del fraude del consumo eléctrico», apunta el directivo de la compañía energética.
«De ahí la importancia de atajar un problema cuyo crecimiento es explosivo y que nos afecta no sólo a las compañías eléctricas, sino a todos como consumidores», concluye.
Los casos de fraude eléctrico vinculados a plantaciones de marihuana se han duplicado en los últimos cuatro años. Endesa cerró el pasado año 1.636 expedientes de fraude ligados a las plantaciones de marihuana localizadas en el interior de viviendas o edificios, el doble que en 2018. Esta cifra arroja una media de 4,5 conexiones ilegales para el cultivo de cannabis destapadas al día y pone de manifiesto un problema creciente en muchas localidades de nuestro país, que afecta a la seguridad de los vecinos, la calidad del suministro eléctrico y la convivencia ciudadana.
La energía recuperada en 2021 por e-distribución, la filial de redes de Endesa, en los fraudes vinculados al cultivo de plantas de cannabis ascendió a 159 millones de kWh, el equivalente al consumo de 45.000 hogares. Esta cantidad de electricidad representa el 20 por ciento del total de la energía recuperada el pasado año por Endesa en el conjunto de fraudes detectados.
Los datos del Ministerio del Interior indican que, desde 2015, las incautaciones de marihuana y plantas de cannabis en España han experimentado fuertes incrementos de entre un 150 y un 305 por ciento, sobre todo a partir de 2019. La Encuesta Anual sobre Drogas señala que, en 2020 se incautaron mas de 1,7 millones de plantas de cannabis (frente a las 724.611 de 2016) y antes de cerrar 2021 esa cifra se había superado con creces.