Si por activista entendemos a una persona que practica la acción directa en la lucha por los cambios sociales o políticos que pretende, Toni Cantó lo es. Y lo es en una de sus facetas parlamentarias menos conocida y en la que, incomprensiblemente, se queda solo: la defensa de un producto Marca España. El diputado de Ciudadanos es el único que quiere arrojar luz al fraude o engaño que sufre el consumidor español cuando compra jamón ibérico. Lleva años luchando por ello y así lo cuenta en una entrevista a MERCA2.
El problema arranca con el etiquetado de este producto. Muchas cadenas de supermercados ofrecen en sus lineales jamones con una etiqueta que anuncia que se trata de un “jamón ibérico” o “jamón de bellota ibérico” para acompañarlo en la letra pequeña con el porcentaje que revela la mezcla: “un 50% o un 75% de ibérico”. Y estas etiquetas vienen amparadas por la ambigua legislación –Real Decreto 4/2014– que no diferencia claramente entre producto y raza. Es jamón, sí; pero no es 100% ibérico.
El Gobierno de Mariano Rajoy aprobó esta normativa, que ampliaba algunos aspectos de la que ya aprobó el PP con el ministro Arias Cañete en 2001 y que permite llamar ibérico a un jamón producto del cruce entre una cerda supuestamente ibérica y la variedad Duroc. Es decir, los españoles no están comprando un verdadero jamón ibérico criado y alimentado en la dehesa. “El consumidor tiene que saber lo que está consumiendo. No se le puede engañar llamando a las cosas alegremente ibérico cuando no lo son”, denuncia el diputado.
Toni Cantó ha sido el único político en denunciar esta situación junto con algunos compañeros de partido. En los últimos años ha lanzado decenas de preguntas dirigidas al Gobierno de Mariano Rajoy para aclarar una normativa que, en su opinión, “va en contra de los intereses de los consumidores y de una parte de la industria cárnica que vela por las buenas prácticas en el sector”.
Así, este actor reconvertido a político denunció que el Ministerio de Agricultura del PP modificó el borrador de la normativa que mandó a Bruselas. Gracias a su lucha parlamentaria, el Gobierno llegó a reconocer algunos fallos, “pero no parece que esté haciendo nada al respecto”, señala Cantó, quien critica que ahora “el Ejecutivo del PSOE está a por uvas. Ni siquiera se ha interesado por el tema y no creo que haga nada tampoco”.
A veces con miedo a denunciar el fraude y el engaño, pero otras con la responsabilidad de ayudar al sector agroalimentario, el diputado de la formación se muestra claro a la hora de buscar una solución: endurecer más las normativas. “Es obvio que es un problema y que hay que afinar un poco más por el interés fundamental de dos sectores: el de los consumidores y el de parte de la industria que hace un buen trabajo y no puede competir en igualdad de condiciones con otros que no lo están haciendo tan bien y que, sin embargo, salen al mercado con el mismo producto”, señala.
En esta lucha sin cuartel, hay un elemento primordial para Toni Cantó. Y esa es la Marca España. El jamón ibérico es un producto único y una seña de identidad del país, por lo que la normativa está repercutiendo de forma negativa en la credibilidad y prestigio de este producto a nivel internacional. “No solo es el producto, sino que la gastronomía es un elemento esencial de la Marca España. Somos vanguardia en gastronomía. En esto también deberíamos serlo, pero no es así”, explica con resignación.
LA SOLEDAD DEL POLÍTICO QUE NO SE RINDE
“Me sorprende ser el único que ha preguntado y se ha interesado sobre este tema teniendo en cuenta que es muy importante para España”, revela a MERCA2. Terco, cabezota y pesado. Así se define Toni Cantó en esta lucha contra el engaño al consumidor. Desde la formación naranja no parará, a pesar de la soledad de defender una causa con muchos adeptos, pero también muchos contrarios. Además, estos mismos adjetivos fueron los que le llevaron a intentar liderar UPyD en 2015; pero que finalmente no consiguió. Hecho que supuso su salida de la formación para recalar en Ciudadanos.
“Yo sigo preguntando y, por desgracia, la mayoría de las veces no me hacen caso. Sigo viéndome con gente del sector, quienes me muestran sus inquietudes. Es mi trabajo y me gusta hacerlo”, asegura.
Más allá del foco mediático y los conflictos de la actualidad política, existe un trabajo parlamentario que Cantó reconoce que “es el menos conocido”. Se trata del que desempeña en las comisiones de agricultura, ganadería, medio ambiente y pesca. “El sector agroalimentario es el que está tirando de la economía del país. Es necesario cuidarlo”, apunta.
A pesar de que espera que el etiquetado y la normativa mejore en un futuro, cree que solo cambiarán las cosas cuando Ciudadanos llegue al Gobierno. Pero antes de ello, el nuevo Ejecutivo andaluz puede dar alguna que otra sorpresa. “Será interesante lo que hagamos en Andalucía. Hablaré con mis compañeros de este tema”, indica Cantó, quien no descarta llevar a cabo alguna iniciativa en defensa del jamón ibérico.
¿QUÉ INTERESES HAY DETRÁS?
“El problema va más allá porque el Gobierno permitió que entrara en el libro de registro muchos animales de la raza Duroc cuando debería ser únicamente para los animales ibéricos”, denuncia. La gestión de este libro corre a cuenta de la Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico (Aeceriber). Tiene su monopolio desde 1987, recibe subvenciones por parte del Gobierno y medio sector cuestiona su trabajo a la hora de hacer la vista gorda con el registro.
En 2017, Cantó llegó a denunciar que más de 430.000 cerdas ibéricas están en este registro sin ser de pura raza ibérica, sin registro genético exhaustivo (un 85% del total).
Así, la inactividad del Gobierno es la que alimenta el lobby del sector cárnico en España. Ofrecer un jamón ibérico cruzado con la raza Duroc tiene múltiples beneficios ya que la cría del animal se produce de forma intensiva en factorías industriales a base de piensos y sin alimentarse de la bellota de la dehesa. Los costes de producción son menores, al igual que los meses para sacrificarlos. Empresas como El Pozo, Comapa, Grupo Jorge o Vall Companys son las grandes productoras de jamón de cebo, aquellos que llevan la etiqueta blanca y cuyo precio es de los más bajos.
No obstante, Toni Cantó declina hacer declaraciones sobre los intereses de este lobby. “El único lobby que debe interesar es el de los consumidores, el de la Marca España y el de un producto que es único en el mundo”, sentencia.