Llevar a cabo conjeturas con lo que puede hacer el Gobierno de Pedro Sánchez se ha convertido en deporte de riesgo. Pero si todo marcha bajo lo previsto, debería ser en este mes de enero cuando vean la luz la Ley de Cambio Climático; y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. El primero dispone y el segundo propone. Y, en esas propuestas, deberán venir reflejadas las guías de actuación para el cierre ordenado, o no, de las centrales nucleares. Todo ello cuando se ha convertido en una tecnología cada vez más necesaria.
En este contexto, en la última semana de este mes se celebrará un conclave fundamental para decidir el futuro de la central nuclear de Almaraz que cuenta con dos reactores en funcionamiento. Sus dueños, Iberdorla (53%); Endesa (36%); y Naturgy (11%) viven un momento tenso.
El conflicto surge porque Endesa quiere pedir un aplazamiento en su vida útil, mientras que Iberdrola y Naturgy estiman que ya está cumplido el periodo de amortización. Las posturas están enconadas y, pese a las diferentes fórmulas que han trascendido estas últimas semanas, como el cambio de activos en función de la participación en las diferentes centrales; la realidad es que todo está en el aire a falta de un par de meses para solicitar o no la ampliación de la vida útil.
Y en mitad de todo esto, desde el sector sacan pecho sobre la situación de la energía nuclear en el entramado eléctrico español. Así, la nuclear ha sido nuevamente en 2018 la fuente de generación eléctrica que mayor contribución ha realizado al sistema eléctrico español.
Con tan solo el 7,09% del total de la potencia instalada, los siete reactores nucleares españoles han producido 53.216 GWh netos; el 20,39% del total de la energía eléctrica.
Es decir, más de una quinta parte de la electricidad consumida en España, constituyendo una base firme y predecible para la garantía del abastecimiento de electricidad.
LA NUCLEAR TIRA DE DATOS
Para la industria, así como las empresas que quieren seguir rentabilizando este sector, los datos de Red Eléctrica de España analizados por Foro Nuclear reflejan que las centrales nucleares han sido, una vez más, la fuente que más horas ha operado en 2018, concretamente 7.192 horas de las 8.760 que tiene el año.
Esto representa, de media, el 82,10% del total de las horas del año. Un porcentaje muy por encima de otras tecnologías y que, en palabras de Ignacio Araluce, presidente de Foro de la Industria Nuclear Española, “refleja la disponibilidad, la fiabilidad y la estabilidad del parque nuclear que funciona con altísima regularidad, posibilitando así una adecuada gestión y la garantía del funcionamiento del sistema eléctrico”.
A todo esto se suma, según afirman desde la asociación, que las centrales nucleares no emiten gases ni partículas contaminantes a la atmósfera. De esta forma, en 2018 la producción eléctrica nuclear ha supuesto el 34,42% de la electricidad sin emisiones contaminantes generada en España, tratándose nuevamente de la fuente que más ha contribuido a evitar emisiones.
Ante estos datos, el presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce, concluye que las centrales nucleares son necesarias durante la transición energética “si queremos hacerla de una forma predecible, garantizando la seguridad de suministro y cumpliendo con los acuerdos ambientales internacionales ratificados”. Junto a ello, el conjunto de la industria nuclear española, que apoya el excelente funcionamiento de los reactores está, en opinión de Araluce, “altamente capacitada, con tecnología punta y con una firme apuesta por la I+D+i”.