sábado, 14 diciembre 2024

La Europa de la guerra que se perdieron Michael Laudrup y Carlsberg

Se cumplen 30 años de una victoria inesperada. El 26 de mayo de 1992 Dinamarca se llevó el triunfo en una Eurocopa a la que los daneses llegaron por la sanción a Yugoslvia por la guerra de los Balcanes. La gran figura danesa, el elegante mediapunta Michael Laudrup, ex del Barcelona y Real Madrid, se negó a ir a jugar la competición. Fue el gran triunfo de la sorpresa. Curiosamente, una de las empresas más importantes del país, Calsberg, muy vinculada al mundo del fútbol tampoco estuvo presente.

DE REBOTE

Dinamarca llegó al torneo de rebote. De hecho, sus jugadores estaban de vacaciones y fueron convocados a toda prisa.

Las semanas previas al torneo estuvieron marcadas por las sanciones internacionales de la ONU contra Yugoslavia, implicada en la guerra de los Balcanes que había estallado en 1991 y que dio origen a la disolución del estado. La UEFA pretendía que Yugoslavia pudiese competir, pero ante una posible sanción internacional había designado como sustituto a Dinamarca en diciembre de 1991.14​ Por otro lado, la situación en el propio equipo era tensa y un mes antes de la inauguración se produjo la renuncia del seleccionador Ivica Osim, así como de todos los futbolistas que no procedían de Serbia.15. Finalmente, en virtud de la Resolución 757 del Consejo de Seguridad de la ONU aprobada el 30 de mayo de 1992, Yugoslavia quedaba vetada de todas las competiciones deportivas y la UEFA tuvo que excluirles de la Eurocopa a diez días de la inauguración.2

UN CASO DIFERENTE

Dinamarca fue designada sustituta de Yugoslavia porque había quedado segunda en el mismo grupo de la fase de clasificación. Conscientes de que la eliminación balcánica era una posibilidad, la Unión Danesa de Fútbol avisó con tiempo a los jugadores preseleccionados e hizo una convocatoria días antes de la sentencia. El equipo se preparó con un amistoso ante la Comunidad de Estados Independientes.​

El caso de la extinta Yugoslavia fue distinto al de la URSS. La fase de clasificación para la Eurocopa había concluido el 22 de diciembre de 1991 con el pase de la Unión Soviética, que en aquel momento se encontraba en pleno proceso de disolución. Tres días después se produjo la desaparición del país y de todos sus organismos estatales, entre ellos la Federación de Fútbol de la Unión Soviética (FFUS). Ante la incertidumbre generada, la UEFA planteó dejar fuera a la URSS y otorgarle la plaza a Italia, que había quedado segunda de grupo.

El expresidente de la FFUS, Viacheslav Koloskov, logró el 11 de enero de 1992 que la FIFA reconociera a un equipo de transición, la selección de fútbol de la Comunidad de Estados Independientes, que dejaría de existir cuando la FIFA admitiese ese mismo año a las federaciones de todos los estados postsoviéticos. Bajo esta fórmula, la antigua URSS pudo participar con un plantel compuesto por jugadores de la Comunidad de Estados Independientes y evitar así su exclusión. Tal y como se había previsto, el equipo de la CEI quedó disuelto al término del torneo y los resultados de la URSS fueron asumidos por la Unión del Fútbol de Rusia, que disputó su primer partido el 16 de agosto de 1992. Esta fórmula se siguió también en los Juegos Olímpicos de Invierno y Verano de 1992 bajo el nombre de «Equipo Unificado».

CONTRA PRONÓSTICO

En el primer grupo, Suecia y Dinamarca obtuvieron la clasificación contra todo pronóstico. Los suecos, debutantes en el torneo, aprovecharon las buenas actuaciones de Anders Limpar y Tomas Brolin para hacerse con el primer puesto,21​ gracias a un empate contra Francia y dos victorias en los encuentros restantes.12​ La segunda plaza fue para Dinamarca; el conjunto de Møller Nielsen planteó un sistema de cinco defensas que puso en apuros a las favoritas, y venció a Francia por 1:2 en la última jornada con un gol de Lars Elstrup a doce minutos del final. Los franceses e ingleses se marcharon a casa sin ganar un solo partido.12​ Este fue el último gran torneo de Gary Lineker, quien había anunciado su retirada internacional con anterioridad.22​

En el segundo grupo, Países Bajos cumplió los pronósticos y se hizo con el primer puesto. Al conjunto de Van Basten, Rijkaard y Gullit se sumó el talento emergente de Dennis Bergkamp, quien se convirtió en máximo goleador de su selección. La segunda plaza fue para Alemania con tres puntos; aunque el plantel de Berti Vogts perdió en la última jornada contra los neerlandeses (3:1), se benefició de que Escocia obtuviese su único triunfo ante la Comunidad de Estados Independientes (3:0).23​

LAS SEMIFINALES

El danés Peter Schmeichel fue protagonista en la tanda de penaltis contra Países Bajos.

Las semifinales se disputaron el 21 y el 22 de junio. En primer lugar, el estadio Råsunda acogió el partido entre Suecia y Alemania. El seleccionador Tommy Svensson llevó a cabo un planteamiento táctico más conservador de lo habitual, preocupado por detener el potencial de su rival, pero los alemanes dominaron el encuentro con claridad: se adelantaron con un gol de Thomas Hässler, y después aprovecharon la pegada de Karl-Heinz Riedle para firmar el 2 a 3 final.

El otro encuentro enfrentó a Países Bajos contra Dinamarca en el estadio Ullevi. Aunque los neerlandeses partían como favoritos, Dinamarca consiguió dominarles gracias a dos goles de Henrik Larsen y la creatividad de Brian Laudrup. A cinco minutos del final, Frank Rijkaard igualó la contienda (2:2) y se forzó una prórroga que no resolvió el empate, por lo que fue necesario llegar a la tanda de penaltis. El guardameta Peter Schmeichel logró detener el lanzamiento de Van Basten, convirtiéndose en el jugador más aclamado por la prensa internacional,25​ y Dinamarca no falló ningún lanzamiento para certificar el pase a la final.26​

LA GRAN VICTORIA

La final entre Dinamarca y Alemania tuvo lugar el 26 de junio de 1992 ante 37 800 espectadores que llenaron el estadio Ullevi de Gotemburgo.27​ En el palco se encontraba Pelé, la estrella brasileña en la Copa Mundial de 1958, que fue recibido con una gran ovación. El conjunto alemán —vigente campeón mundial— disputaba su primera final europea como selección unificada, mientras que el equipo danés había llegado allí contra todo pronóstico gracias a su planteamiento defensivo.

Dinamarca llevó la iniciativa en la final desde la primera parte

Tal y como había sucedido en semifinales, Dinamarca llevó la iniciativa desde la primera parte y se adelantó a los diecinueve minutos: Flemming Povlsen recuperó el balón en campo rival y sirvió un pase atrás hacia John Jensen, quien llegaba libre de marca desde segunda línea para perforar la portería de Illgner. En la segunda parte, el seleccionador alemán cambió a Sammer por Thomas Doll para intentar darle la vuelta al marcador, pero Peter Schmeichel volvió a salvar a los suyos bajo los tres palos y Dinamarca hizo daño al contragolpe. ​ A doce minutos del final, Kim Vilfort recogió un rechace de la zaga alemana para marcar el 2 a 0 definitivo, en una jugada que podía haber sido anulada por mano en el control previo.

LA GRAN EMPRESA

El Grupo Carlsberg es una empresa cervecera danesa fundada en 1847 por JC Jacobsen con sede en Copenhague. Desde la muerte de Jakobson en 1887, el accionista mayoritario de la compañía ha sido la Fundación Carlsberg. La marca insignia de la compañía es la cerveza Carlsberg (llamada así por el hijo de Carl Jacobsen), pero también elabora la sidra Somersby y las cervezas Tuborg, Kronenbourg, Baltika (la cerveza más vendida de Rusia), Grimbergen y más de 500 cervezas locales.1​

Después de adquirir el conglomerado noruego Orkla ASA en enero de 2001, Carlsberg se convirtió en el quinto grupo cervecero más grande del mundo.

El grupo cervecero danés Carlsberg registró un beneficio neto atribuido de 6.846 millones de coronas danesas (920 millones de euros) el año pasado, lo que representa un incremento del 13,5% en comparación con el resultado de 2020, según ha informado la compañía.

En el conjunto del ejercicio, la cervecera facturó un 13,8% más, hasta un total de 66.634 millones de coronas (8.955 millones de euros), mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) de la empresa alcanzó los 15.474 millones de coronas (2.079 millones de euros), un 9,9% más.

Las ventas de cerveza de Carlsberg alcanzaron un total de 119,6 millones de hectolitros, frente a los 110,1 millones de hectolitros comercializados en 2020.

De este modo, el beneficio neto atribuido de Carlsberg en 2021 fue un 1,1% superior al contabilizado en 2019, antes de la pandemia, mientras que sus ingresos superaron en un 4,2% el nivel de hace dos años, con un incremento de 6,6 millones de hectolitros en el volumen de cerveza comercializado respecto de 2019.


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