Repostar el coche es una de esas rutinas casi automáticas para millones de conductores en España, un trámite necesario que a menudo realizamos con la mente puesta en mil cosas distintas, menos en el propio acto de llenar el depósito. Sin embargo, la OCU alerta sobre una práctica descuidada, pero sorprendentemente común, que podría estar engordando la factura final sin que apenas nos demos cuenta: no verificar que el contador del surtidor marca ceros antes de empezar a servirnos el combustible. Puede parecer un detalle menor, una minucia en medio del ajetreo diario, pero este pequeño olvido es una puerta abierta a pagar por aire o, mejor dicho, por gasolina o diésel que nunca llegará a nuestro vehículo.
La advertencia lanzada por la Organización de Consumidores y Usuarios no es baladí y merece una reflexión pausada por parte de todos los que nos ponemos al volante. Vivimos tiempos en los que cada céntimo cuenta y el precio de los carburantes, siempre fluctuante y a menudo doloroso para el bolsillo, nos obliga a estar más atentos que nunca. Ignorar este simple chequeo previo, ese vistazo rápido al luminoso panel del surtidor, es regalar dinero de forma innecesaria, una cantidad que, aunque pequeña en cada repostaje individual, puede convertirse en una suma considerable a lo largo del año. La picaresca, o simplemente el error humano, puede jugar en nuestra contra si bajamos la guardia en un gesto que debería ser tan instintivo como quitar el tapón del depósito.
2EL CONTADOR A CERO: UN GESTO SIMPLE, UN AHORRO REAL

La solución a este problema es tan simple que a veces se pasa por alto precisamente por eso: mirar el contador antes de descolgar la manguera. Este gesto, que no lleva más de dos segundos, es la barrera más eficaz contra este tipo de irregularidades. Convertir esta comprobación en un hábito, en parte inseparable del ritual de repostar, nos asegura que solo pagaremos por el combustible que efectivamente entra en nuestro depósito. La recomendación de la OCU es clara y directa, apelando al sentido común y a la autoprotección económica del consumidor, especialmente en un gasto tan recurrente y significativo como es el de los carburantes. No requiere esfuerzo, solo un instante de atención consciente.
El procedimiento es básico: localiza la pantalla principal del surtidor donde se muestra el importe en euros y los litros suministrados. Asegúrate de que ambas cifras marcan «0.00» antes de realizar cualquier otra acción. Si no es así, no descuelgues la manguera y avisa inmediatamente al personal de la gasolinera para que procedan a resetear el contador o te indiquen otro surtidor disponible. Es tu derecho exigir que el punto de partida sea cero, y negarse a repostar si no se cumplen estas condiciones mínimas de transparencia. Este pequeño acto de firmeza no solo protege tu economía, sino que contribuye a mantener unas prácticas comerciales más justas en el sector.