martes, 29 abril 2025

Núñez Feijóo repite las recetas de Aznar y Casado en materia de vivienda 

La liberalización de suelo en cualquier parcela digna de levantar un ladrillo, la paralización de la construcción de VPO y la venta de pisos sufragados con dinero público a grandes fondos norteamericanos son las tres recetas estrella en materia de vivienda que despegó José María Aznar, bendijo Pablo Casado y ahora sigue recomendando Alberto Núñez Feijóo.

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El presidente del Partido Popular se muestra contrario a las zonas tensionadas de alquiler y adolece de falta de imaginación en una materia que se ha convertido en central para la ciudadanía por las crecientes dificultades que existen para acceder a la vivienda.

REPITIENDO VIEJAS RECETAS

Las propuestas del Partido Popular en materia de vivienda bajo el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo muestran notables similitudes con las políticas aplicadas por José María Aznar en los años 90 y por Pablo Casado durante su etapa como presidente del partido. A pesar del profundo cambio en el contexto económico y social, el discurso y las iniciativas populares parecen volver a un modelo que ya fue ampliamente cuestionado tras la crisis inmobiliaria de 2008.

Durante los gobiernos de Aznar, la vivienda fue concebida como un motor clave del crecimiento económico. Su ejecutivo impulsó medidas de desregulación del suelo, desgravaciones fiscales a la compra y liberalización del crédito hipotecario. Estas políticas estimularon la construcción masiva y el auge de la propiedad, pero también contribuyeron a la formación de una burbuja inmobiliaria que estallaría años después. Según el Banco de España, entre 1997 y 2007 los precios de la vivienda en España se triplicaron, mientras el endeudamiento de las familias alcanzó niveles récord.

Pablo Casado, que lideró el PP entre 2018 y 2022, heredó un contexto muy distinto, con una juventud precarizada, el alquiler tensionado en las grandes ciudades y una escasa promoción pública. Sus propuestas giraron en torno a incentivos fiscales, subvenciones al alquiler y cansinas apelaciones a la «seguridad jurídica» para los propietarios.

Sin embargo, no planteó una estrategia estructural para aumentar el parque de vivienda asequible ni medidas efectivas contra la especulación. Feijóo ha mantenido una línea similar desde que asumió el liderazgo del partido.

En repetidas ocasiones, ha criticado la Ley de Vivienda impulsada por el Gobierno de coalición, especialmente las limitaciones al precio del alquiler en zonas tensionadas, el refuerzo del parque público o las exigencias a los grandes tenedores.

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Pablo Casado. Foto: Europa Press.

El PP defiende que estas medidas generan «inseguridad jurídica» y desincentivan la inversión, y en su lugar propone deducciones fiscales para propietarios y la agilización de licencias urbanísticas. Según su programa marco, el PP apuesta por «facilitar el acceso a la propiedad» como eje central de su política.

Esto se traduce en ayudas a la compra para jóvenes y bonificaciones fiscales en el IRPF por adquisición de vivienda habitual, en un enfoque que recuerda a las políticas de los años 90. También plantea colaborar con promotores privados para aumentar la oferta, sin detallar mecanismos de control sobre los precios ni estrategias para proteger al pequeño arrendatario.

Expertos en urbanismo y vivienda consultados por medios especializados señalan que este enfoque prioriza el estímulo del mercado privado y relega la intervención pública a un papel secundario.

Mientras tanto, España sigue presentando uno de los parques públicos de vivienda en alquiler más bajos de Europa: menos del 2% del total, frente a cifras superiores al 15% en países como Francia y Países Bajos.

El porcentaje de jóvenes emancipados ha caído por debajo del 16%, según el último informe del Consejo de la Juventud de España. Feijóo ha defendido en varias ocasiones que «la vivienda no se arregla con intervencionismo», sino «creando las condiciones para que el sector funcione».

No obstante, sectores críticos alertan de que, sin medidas estructurales, estas políticas podrían repetir dinámicas que ya han fracasado en el pasado. El debate sobre cómo garantizar el acceso a una vivienda asequible y estable sigue siendo uno de los ejes clave de la agenda política, y la propuesta del PP no parece capaz de ofrecer respuestas de altura a una situación mucho más compleja que la de hace dos décadas.


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