El esperado debut teatral de Terelu Campos en Valladolid, con la obra Santa Lola en el teatro Zorrilla, se vio empañado por un escándalo inesperado que salpicó a su familia más cercana. Alejandra Rubio y su pareja, Carlo Costanzia, viajaron hasta la capital vallisoletana para acompañar a Terelu en este importante paso en su carrera, pero su presencia no pasó desapercibida. Lo que debía ser una jornada de apoyo y celebración terminó tornándose en un episodio incómodo que acabó acaparando buena parte de la atención mediática. La pareja protagonizó un tenso momento en pleno centro de la ciudad, justo en las horas previas al estreno, alterando el ambiente de ilusión que rodeaba a Terelu en una de las noches más importantes de su vida profesional.
2Alejandra Rubio provoca un momento de tensión

La tensión acumulada en Valladolid no terminó ahí. Tras el final de la obra y el emotivo saludo de los actores, Alejandra y Carlo salieron del teatro evitando realizar declaraciones a los medios apostados en las inmediaciones. La pareja abandonó rápidamente el recinto, en contraste con otros familiares que sí se detuvieron brevemente a felicitar a Terelu y a agradecer el cariño del público. Esta actitud esquiva no ha hecho sino alimentar las especulaciones sobre el malestar de Alejandra y su creciente incomodidad con el cerco mediático que la rodea desde que su relación con Carlo se hizo pública.
Pese a todo, el estreno de la obra fue un éxito rotundo en el aspecto artístico. La obra, una historia cargada de humor y sensibilidad, permitió a Terelu mostrar una faceta desconocida para buena parte del público, que valoró su versatilidad y entrega sobre el escenario. Los aplausos resonaron con fuerza en el teatro Zorrilla, donde el calor del público fue el mejor premio a los meses de esfuerzo. Aunque la jornada quedó inevitablemente marcada por la polémica, para Terelu fue, sin duda, una noche de superación personal y profesional que difícilmente olvidará.
La incómoda situación vivida por Alejandra Rubio y Carlo Costanzia reabre, no obstante, el debate sobre el precio de la fama y las dificultades de mantener la vida privada a salvo cuando se pertenece a una familia mediática como las Campos. El conflicto en Valladolid evidencia, una vez más, cómo los problemas personales pueden acabar interfiriendo en los logros profesionales, incluso cuando el objetivo de los protagonistas es muy diferente. Mientras Terelu celebra su éxito, el entorno mediático parece más dispuesto a fijarse en las tensiones familiares que en los méritos artísticos, una dinámica que, lamentablemente, no resulta nueva para los miembros de su clan.