sábado, 26 abril 2025

Preocupación por Makoke en ‘Supervivientes’ por culpa de la delicada situación que está viviendo

Makoke ha logrado consolidarse como una de las grandes protagonistas de la edición 2025 de Supervivientes, el reality estrella de Telecinco que año tras año mantiene a millones de espectadores pegados al televisor. Su presencia en la isla no ha dejado indiferente a nadie: mientras algunos la aplauden por su autenticidad, su entrega en las pruebas y su capacidad para generar contenidos que se viralizan, otros la critican por su carácter, sus enfrentamientos con algunos compañeros y su estrategia de juego. Sin embargo, lo que ha hecho que el nombre de Makoke vuelva a situarse en el centro del foco mediático en las últimas horas no ha sido una polémica con otro concursante ni una dura nominación, sino una confesión que ha dejado entrever la gran preocupación que la acompaña desde que pisó la arena de Cayo Cochinos. Un tema íntimo, emocional y profundamente personal que involucra directamente a su pareja, Gonzalo, el hombre con el que planea casarse este mismo año y al que ha querido enviar un mensaje cargado de angustia, cariño y, sobre todo, incertidumbre.

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La delicada situación de ‘Supervivientes’

La situación no es menor. Como bien se ha sabido en distintos programas previos a su participación en Supervivientes, Makoke y Gonzalo, director general de una empresa de marketing digital, tenían ya en marcha los preparativos para su boda. Un enlace muy esperado que, según anunciaron ellos mismos hace meses en el programa De viernes, está previsto que se celebre en septiembre de 2025. El hecho de que ella se encuentre ahora aislada en Honduras, completamente alejada del mundo exterior y sin posibilidad de gestionar nada directamente, ha alterado notablemente sus planes y ha convertido la aventura en la isla en una experiencia emocionalmente más complicada de lo que imaginaba. La boda, en vez de ser una ilusión constante, se está transformando en una fuente de ansiedad creciente para la colaboradora de televisión, que en las últimas horas ha querido compartir con sus compañeros —y, por extensión, con el público— todo lo que le preocupa de cara al inminente enlace.

Según ha relatado ella misma durante una charla en el campamento, el hecho de estar tan lejos de casa en un momento tan crucial para la organización de su boda le está generando más estrés del que pensaba. Reconoce que le queda “todo por hacer” y que, aunque en su cabeza ya visualiza cómo quiere que sea su vestido, todavía no ha podido decidirlo ni con quién confeccionarlo. Confiesa que tiene reservado el lugar donde quiere celebrar la ceremonia, pero no tiene claro ni el número de invitados, ni el tipo de celebración que desea, ni si quiere una boda íntima o un gran evento. Las dudas se multiplican a medida que pasan los días en la isla, y lo que podría parecer algo anecdótico ha terminado convirtiéndose en una espiral de nerviosismo que la está desbordando. En sus propias palabras: “El tiempo me está comiendo y tengo la sensación de que cuando vuelva va a ser demasiado tarde para organizarlo todo como yo quiero”.

En ese contexto, la figura de Gonzalo adquiere una importancia vital. Makoke no oculta que necesita que su pareja tome las riendas de la situación, que se involucre más activamente en los preparativos y que tome decisiones sin esperar a que ella regrese de Honduras. Pero, al mismo tiempo, se siente atrapada por una contradicción emocional: no sabe cómo pedírselo sin que parezca que lo está presionando o que le está exigiendo más de lo acordado. «Mi problema es que quiero decirle a Gonzalo que tire él hacia adelante pero no sé cómo decírselo. Él me dijo, ‘yo te espero para organizarlo todo contigo’, lo hacemos todo juntos… pero yo prefiero que él vaya eligiendo todo, organizando todo, buscando los hoteles para la gente que venga de fuera”, ha explicado, dejando claro que no duda de su compromiso, pero sí de la capacidad de ambos para coordinarse desde la distancia y bajo estas circunstancias tan extremas.

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