El aceite de oliva virgen extra es un pilar fundamental en la despensa y la cultura española, un invitado habitual en nuestras mesas que trasciende su mero papel culinario. Pocos alimentos pueden presumir de una historia tan rica y, a pesar de su omnipresencia en nuestra dieta, sigue guardando secretos fascinantes que la ciencia moderna se encarga de desvelar poco a poco, confirmando intuiciones que quizás nuestros antepasados ya percibían. Este oro líquido, más allá de sus conocidas virtudes para la salud cardiovascular o sus propiedades antioxidantes, esconde un componente con efectos sorprendentes que merece ser conocido y valorado en su justa medida.
Hablamos del Oleocantal, un compuesto fenólico natural presente exclusivamente en el aceite de oliva virgen y virgen extra, responsable de esa sensación picante o rasposa que notamos en la garganta al degustar un buen aceite de calidad. Esta particularidad sensorial, lejos de ser un defecto, es en realidad la firma de un ‘superpoder’ antiinflamatorio que ha captado la atención de investigadores de todo el mundo. Los estudios han revelado una similitud funcional asombrosa entre el Oleocantal y un fármaco tan común como el ibuprofeno, abriendo una nueva perspectiva sobre los beneficios de incluir este alimento milenario en nuestro día a día, no solo por tradición o sabor, sino por su potencial impacto directo en nuestra salud.
3MÁS ALLÁ DEL ALIÑO: BENEFICIOS PARA LA SALUD A LARGO PLAZO

La capacidad antiinflamatoria del Oleocantal, sumada a la acción de otros compuestos beneficiosos presentes en el aceite de oliva
virgen extra como el hidroxitirosol o la oleuropeína, dibuja un panorama muy favorable para la salud general cuando se consume regularmente. La inflamación crónica de bajo grado es un enemigo silencioso que subyace en el desarrollo de muchas patologías prevalentes en la sociedad actual, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer y las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Incorporar alimentos con propiedades antiinflamatorias naturales, como un buen aceite de oliva
, forma parte de las estrategias dietéticas recomendadas para prevenir o mitigar el impacto de estas dolencias.
No obstante, es crucial subrayar que no todos los aceites de oliva son iguales en cuanto a su contenido en Oleocantal y otros fenoles beneficiosos. Para aprovechar estas propiedades, es imprescindible optar por aceite de oliva
virgen extra (AOVE), obtenido mediante procedimientos mecánicos y en frío, que preservan la integridad de estos compuestos termolábiles y sensibles a la oxidación. Los aceites refinados, etiquetados simplemente como «aceite de oliva» (que suelen ser mezcla de refinado y algo de virgen) o los aceites de orujo, han perdido la gran mayoría de estos componentes bioactivos durante los procesos industriales de refinamiento químico y térmico, por lo que su perfil saludable es notablemente inferior al del AOVE. La calidad, en este caso, marca una diferencia sustancial.