En la época de ChatGPT y la IA, es habitual ver que cada vez más individuos optan por emplear soluciones como ChatGPT para diversas actividades, desde la diversión hasta su empleo. Aunque pueda parecer un gesto completamente inofensivo y hasta necesario para muchos, lo cierto es que este tipo de interacciones está resultando ser un factor de gasto económico significativo para las empresas que diseñan estas aplicaciones.
Aunque quizás sorprenda, este acto educativo conlleva un costo verdadero, y algunos especialistas en inteligencia artificial han observado que este comportamiento civil podría incrementar significativamente la demanda de energía. Vamos a explicarlo de manera sencilla
6¿Qué opinan los expertos sobre este fenómeno?

A pesar de los gastos financieros asociados con la interacción cortés con los chatbots, algunos especialistas sostienen que el dinero no siempre es un mal gasto. De hecho, hay quienes sostienen que el gasto vinculado a estas interacciones más extensas y corteses mejora la experiencia del usuario.
Sin embargo, algunos sostienen que las entidades corporativas deben buscar formas de mejorar sus operaciones para que el empleo de cortesía no resulte en un gasto innecesario. Crear métodos que permitan la interpretación de volúmenes adicionales de lenguaje sin incrementar demandas de potencia y mejorar la eficacia de las comunicaciones, sin importar la terminología empleada por el usuario.