En la época de ChatGPT y la IA, es habitual ver que cada vez más individuos optan por emplear soluciones como ChatGPT para diversas actividades, desde la diversión hasta su empleo. Aunque pueda parecer un gesto completamente inofensivo y hasta necesario para muchos, lo cierto es que este tipo de interacciones está resultando ser un factor de gasto económico significativo para las empresas que diseñan estas aplicaciones.
Aunque quizás sorprenda, este acto educativo conlleva un costo verdadero, y algunos especialistas en inteligencia artificial han observado que este comportamiento civil podría incrementar significativamente la demanda de energía. Vamos a explicarlo de manera sencilla
4Un gasto de «decenas de millones de dólares»

Sam Altman, CEO de OpenAI, ha comentado abiertamente sobre este fenómeno. En una discusión en X (anteriormente conocido como Twitter), Altman contestó a un usuario que inquirió sobre el efecto económico de las interacciones con los chatbots. Altman rió afirmando que, aunque ser cortés con la inteligencia artificial pueda parecer superfluo desde una perspectiva funcional, es un gasto sabio, ya que ninguna previsión puede anticipar lo que podría suceder en el futuro, como una revolución tecnológica.
No obstante, más allá de las bromas sobre el futuro dominio de las máquinas, lo que está claro es que la adopción de esta educación digital tiene consecuencias económicas. Según los cálculos de los expertos, este gasto podría estar alcanzando decenas de millones de dólares anualmente para empresas como OpenAI y otras compañías que crean sistemas de inteligencia artificial. La energía gastada en decodificar cada término, sin importar su tamaño, acumula con rapidez y provoca gastos de funcionamiento significativos.