viernes, 25 abril 2025

Primeras palabras de Lydia Lozano tras el golpe que ha recibido: está totalmente hundida

Lydia Lozano está viviendo uno de los momentos más dolorosos de su vida. La periodista, visiblemente rota por la pérdida, ha reaparecido este miércoles 23 de abril para dar el último adiós a su madre, Sol Hernández, que ha fallecido a los 96 años de edad. Ha sido alrededor de las tres y media de la tarde cuando ha llegado al tanatorio de La Paz, en Madrid, acompañada por su inseparable marido, Charly, y por su hermana. Con el rostro descompuesto, oculto tras unas grandes gafas de sol que no lograban disimular sus lágrimas, Lydia apenas podía contener la emoción al reencontrarse con compañeros de profesión y amigos que se acercaban a ofrecerle su apoyo en este duro trance. Aunque acostumbrada a las cámaras, esta vez su fragilidad era absoluta, y cada palabra que pronunciaba reflejaba el desgarro de quien ha perdido a una de las personas más importantes de su vida.

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Lydia Lozano ha roto su silencio

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En ese primer contacto con los medios, Lydia apenas podía articular frases. «¿Qué queréis que os diga?», expresó con la voz quebrada, en una escena que conmovió incluso a los periodistas allí presentes, muchos de ellos compañeros con quienes ha compartido años de televisión. La comunicadora explicó que el fallecimiento de su madre la sorprendió mientras se encontraba en Barcelona, adonde había viajado para participar en un acto con motivo del día de Sant Jordi. Fue en medio de una cena con su amigo y excompañero Gustavo González cuando recibió la terrible noticia. Sin poder dar crédito a lo que ocurría, vivió momentos de angustia y desesperación, especialmente por encontrarse lejos de su madre en ese instante tan crucial. “Sentí mucha angustia. Me pregunté: ‘¿Cómo vuelvo a Madrid?’. No viajo por estar, por si pasa algo. Y ha pasado”, relató con dolor, aún sin asumir del todo la pérdida.

A pesar de la avanzada edad de su madre, Lydia confesó que jamás estuvo preparada para ese adiós. Su vínculo con Sol Hernández era estrechísimo y en los últimos años se había volcado por completo en su cuidado, dejando claro en cada aparición pública que su madre era su principal prioridad. El fallecimiento se produce además apenas cuatro años después de la muerte de su hermano Jorge, quien falleció a causa de la Covid-19 en plena pandemia, un golpe del que tampoco logró reponerse del todo. En este contexto, la pérdida de su madre no hace más que reabrir heridas recientes, y la deja, según sus propias palabras, «totalmente hundida». Aún así, Lydia hizo un esfuerzo por recordar a su madre con cariño, rememorando con emoción que era una persona “maravillosa, maravillosa” y destacando detalles que la definían, como su amor por los días soleados: “Hace este solazo, que a ella le encantaba, como a mí tomar el sol”, dijo, intentando encontrar consuelo en esas pequeñas coincidencias que conectan la memoria con el presente.

Su amiga y compañera de profesión, María Patiño, se encontraba entre las personas que más le han arropado durante este proceso, y no han sido pocos los mensajes de apoyo que ha recibido a lo largo del día. Uno de los más emotivos ha sido el de Gustavo González, quien compartió con sus seguidores en redes sociales la experiencia de estar junto a Lydia en el momento en que recibió la trágica llamada. “Fue un honor estar a tu lado, amiga, arroparte y transmitirte el sincero cariño que te tengo (en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, así es la amistad)”, escribió el periodista, dejando entrever la dureza de la situación. También explicó que Lydia no pudo asistir a los actos programados por Sant Jordi, como la firma de libros, una ausencia que ha pasado a segundo plano frente a la gravedad del momento que le ha tocado atravesar.

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