viernes, 25 abril 2025

‘La Promesa’: Petra muestra una cara desconocida hasta ahora

El capítulo 583 de La Promesa promete revolucionar las bases de la serie con revelaciones impactantes, emociones a flor de piel y giros inesperados. Lo que no era más que un secreto guardado en silencio por parte de Catalina acabará en un huracán que se llevarán por delante a toda la familia Mendoza.

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Personajes como Petra, Ricardo y Simona demuestran a lo largo del episodio que debajo de sus máscaras de fortaleza palpitaban corazones débiles y llenos de contradicciones. En este artículo, os invitamos a conocer tres ejes de interés a partir del capítulo: el terremoto emocional que se desata tras la confesión de Catalina, la sorprendente evolución de Petra, y los vínculos rotos que pueden deparar un cambio irrevocable para los personajes.

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PETRA, UN CORAZÓN DE HIERRO

'La Promesa': Petra muestra una cara desconocida hasta ahora
Fuente: RTVE

Desde hace años, Petra es el ama de llaves imbatible de La Promesa, la mujer de hierro que nadie se atreve a desafiar. Pero en este capítulo es donde Petra rompe su coraza, donde siente cómo le hacen un pequeño boquete gracias a un personajillo inesperado, al mismo tiempo que, lógicamente, la joven muda, Alicia, logra lo que nadie hizo antes. Es la pureza y la fragilidad de Alicia lo que hace que aflore en Petra una ternura verdadera, lo que reactiva el instinto maternal que, seguramente, Petra no sabía que tenía.

Estamos presenciando una transformación silente, pero profunda. La misma que ordenaba miradas de hielo, pasa ahora a detenerse, a escuchar, a la protección y al cuidado. ¿Es el inicio del perdón del personaje? ¿O, por el contrario, su morigerada debilidad la pone a ella, en peligro en un entorno donde la debilidad se puede aprovechar? En un mundo donde la dureza es supervivencia, Petra puede estar cometiendo el error de bajarse la guardia.

Lo más impresionante de todo es que esa transformación no parece forzada. Petra parece ser la misma de la que nos habíamos ido. Sin embargo, lo cierto es que Alicia ha ido a rasgarle poco a poco ese caparazón, como el agua que talla la piedra sin que la roca lo aprecie. Y con ironía, es justo en ese instante que Petra se muestra con su lado más humano cuando el resto de la hacienda se encuentra en el caos. Mientras los Mendoza se van haciendo trizas los unos a los otros, Petra se encuentra en la paz de la silenciosa Alicia, haciendo frente a su vulnerabilidad de un modo inesperado.

La escena en el que Petra le enseña a Alicia a tejer es pura poesía visual. Las manos de la ama de llaves, antes crispadas por la dureza, guían pacientemente los hilos entre los dedos de la joven. No hay palabras, el entendimiento es mejor que cualquier diálogo. Pero este instante de compenetración no pasa desapercibido: otros criados murmuran sobre la «blandenguería repentina» del ama de llaves. ¿Cabe leer esta dulzura como fortaleza o como el inicio de una caída?


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