Vivimos tiempos de descanso esquivo, noches en vela y mañanas de plomo que achacamos, casi por inercia, a la omnipresente pantalla azul. Sin embargo, ese ladrón de nuestro preciado sueño reparador podría tener un cómplice mucho más insospechado y cotidiano, uno que se sienta a la mesa con nosotros cada noche. La luz del móvil interfiere, por supuesto, pero centrar toda la culpa en la tecnología nos impide ver un factor que depende exclusivamente de nuestras decisiones antes de apagar la luz y buscar el abrazo de Morfeo.
Resulta que ese festín nocturno, esa costumbre tan arraigada de cenar copiosamente y justo antes de meternos en la cama, especialmente si incluye platos muy pesados, cargados de picante o repletos de azúcares, es un sabotaje directo a nuestro descanso. El cuerpo, lejos de prepararse para la calma nocturna, se ve forzado a una digestión laboriosa que interfiere con los ciclos naturales del descanso, convirtiendo la cama en un campo de batalla metabólico en lugar de un remanso de paz. Identificar este hábito es el primer paso para empezar a dormir mejor, recuperando esas horas vitales que tanto necesitamos.
3EL FUEGO EN EL PLATO QUE APAGA TU SUEÑO REPARADOR

Las comidas picantes introducen otro factor perturbador: la termogénesis. La capsaicina y otros compuestos presentes en los chiles y especias picantes elevan ligeramente la temperatura corporal, un efecto contrario al descenso natural de temperatura que favorece la somnolencia y el inicio del sueño reparador. Nuestro cuerpo necesita enfriarse un poco para dormir bien, y una cena fogosa le manda la señal equivocada, manteniendo el termostato interno más alto de lo deseable para un buen descanso.
Además, los alimentos picantes, junto con los grasos, son conocidos por relajar el esfínter esofágico inferior, facilitando el reflujo gastroesofágico. Esa sensación de ardor en el pecho o la garganta al acostarse es una invitación directa al insomnio, un obstáculo físico evidente que impide relajarse y caer en un sueño profundo y continuo. El malestar provocado por la acidez puede provocar múltiples despertares, interrumpiendo los ciclos del sueño y dejando una sensación de fatiga persistente al día siguiente.