jueves, 24 abril 2025

‘Sueños de Libertad’: Damián ata cabos sobre la muerte de Jesús y se aproxima a la verdad

La historia de «Sueños de Libertad» sigue aumentando de intensidad con las revelaciones que pueden cambiar el destino de los personajes. El capítulo 294, que se emite hoy jueves 24 de abril, se adentra en los conflictos emocionales que se mueven entre sus protagonistas, mientras que también acerca a Damián a una verdad que puede hacer tambalear los cimientos de la familia De la Reina.

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Con el vínculo frágil entre Julia y Begoña y de cerca la sombra de un posible crimen detrás de la muerte de Jesús, este episodio supone un antes y un después en la serie, así que pasemos a desgranar los 3 ejes principales que marcan ese antes y ese después en la telenovela.

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UNA MANIPULACIÓN FAMILIAR

'Sueños de Libertad': Damián ataca cabos sobre la muerte de Jesús y se aproxima a la verdad
Fuente: Atresmedia

María ha sido capaz de lo que parecía imposible lograr en Sueños de Libertad: ganarse la confianza absoluta de Julia. La pequeña, vulnerable y necesitada de cariño, se deja atrapar muy rápidamente por su tía, que utiliza celadas afectivas para afianzar su poder, y afirma en un momento de falsa modestia: «Julia ya no me observa como su tía, sino como la que mejor la comprende»; lo que es obvio aunque su conducta no haya pasado desapercibida.

Begoña, apartada de Julia, siente cómo su figura de madre empieza a desvanecerse. En su desesperación busca el abrigo de Digna para compartirle su miedo, pero va a dar de bruces con la apatía de esta: «María está ocupando mi lugar y nadie hace nada», lamenta derrumbada, en una de las secuencias más desgarradoras del capítulo. Su interlocución con Andrés no va a mejorar las cosas, ya que él se las va a arreglar para acusarla de manipular a Julia para compensar sus carencias, mientras Raúl intenta hablando con él solucionar el altercado.

La lucha se extiende más allá del ámbito familiar y está en juego el corazón de Julia. Mientras María aleja a la niña de los valores de Begoña, la pequeña Julia empieza a experimentar cambios alarmantes en su comportamiento: «¿Hasta dónde será capaz de llegar para que Julia se convierta en su cómplice?», se pregunta el espectador anunciar un momento más oscuro en esa relación.

María no solo persigue el amor, sino que desea el poder. La manera de acercarse a Julia no es azarosa: la niña es la heredera de una fortuna y de un apellido. «Esa no será su tía, será su dueña», pronuncia Begoña entre lágrimas, previendo el auténtico juego de su cuñada. Cada regalo, cada palabra de María está diseñada para socavar la autoridad de Begoña y el resultado es una niña cada vez más perdida y distante.

La pasividad y la indiferencia de Andrés empeoran las cosas. Este hace caso omiso de lo que le cuenta Begoña y lleva al extremo la tensión en el seno del matrimonio: «Déjate de darle tantas vueltas y busquilla una solución. ¿Por qué no te dedicas a ser mejor madre en lugar de dar la culpa a los colegas?», le espeta, estableciéndose así un diálogo que muestra la incapacidad de Andrés para ver el peligro.


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