El capítulo 582 de La Promesa (estrenado este jueves 24 de abril) no es un capítulo más. La tensión confeccionada a lo largo de los últimos capítulos reventará en forma de revelaciones y decisiones que, seguro, sostendrán el orden del relato. Emilia, la enfermera que ha hecho caer a todos con su profesionalidad, la enigmática escapada de Martina, las maquinaciones de Lorenzo y, ahora, la inquietante carta que reposa en la mesa de Pía.
Pero, sin lugar a dudas, el mayor momento llegarían de la mano de Catalina, quien, después de un acto temeroso de valor, iba a decirle al marqués la verdad de la paternidad de sus hijos. Confesando la verdad, podría navegar en una tormenta que va a llevar consigo consecuencias imprevisibles. El ambiente de La Promesa hará saltar todas las alarmas en un nuevo capítulo cargado de suspense y emociones contenidas.
3UNA DECISIVA CONFESIÓN EN LA PROMESA

En medio de ese torbellino emocional donde los personajes se embarcan en una travesía extralimitada de aquellos lugares donde anida la melancolía de la vida, Catalina se encuentra al borde del abismo: «No puedo continuar así…», puede escuchar su propia voz pensar con un suspiro que se precipita en el aire. En ese preciso instante en que respira hondo, preparándose para lo que sigue, es consciente de que lo que decide comunicarle al marqués le va a permitir hacerle saber el motivo de la existencia misma de sus hijos, y ese es un momento de no retorno.
Para Catalina el peso de su secreto ha encarnado una marea que ha ido consumiendo lentamente, y ahora, habiéndose despojado de todo su vestuario y una vez encontrándose frente al espejo, no ve a otra cosa que una mujer cansada de lo que ha vivido. Emilia le ha dado potencia, empuje sobre la fuerza que alberga, pero es ella, Catalina, quien demuestra que ha de obstinarse; «si me ama, me perdonará«, repite para sus adentros, aunque justo en la zona de su corazón sabe, que las cosas no son tan simples. El marqués no es un hombre que soporte el engaño, la reacción del marqués puede ser tan imprevisible como explosiva.
Mientras tanto, Petra, debido a un instinto inesperado, ha encontrado en el refugio el propósito que no buscaba. La joven muda Alicia ha despertado en ella una ternura que creía perdida. «No hace falta que hables para que te puedan entender», le dice Petra en un momento inhabitual de vulnerabilidad. La conexión es un rayo de luz que nos recuerda que hasta en el fondo del pozo más oscuro puede surgir la esperanza. Así, Catalina al borde de la verdad, Martina en su viaje en solitario y Lorenzo lamiéndose las heridas preparan a La Promesa para un terremoto emocional que, con toda seguridad, no dejará a nadie indemne.