Anabel Pantoja no está atravesando su mejor año, y eso es algo que ella misma no ha tenido reparo en reconocer públicamente. El 2025 ha comenzado con una sucesión de episodios personales que han puesto a prueba su fortaleza emocional, física y también su capacidad para gestionar la presión mediática. A la preocupación constante por el estado de salud de su hija Alma, a la que tuvieron que ingresar de urgencia en Gran Canaria hace unos meses, se sumó poco después la polémica judicial que la rodea, una causa abierta por un supuesto caso de malos tratos que aún no se ha resuelto y que ha salpicado su vida privada con consecuencias evidentes en su exposición pública. En ese contexto ya tenso, ha llegado un nuevo susto, esta vez directamente relacionado con su salud. La colaboradora tuvo que ser intervenida quirúrgicamente de urgencia en Gran Canaria debido a un quiste en la oreja, un procedimiento que, aunque no ha revestido gravedad médica, sí ha tenido una importante carga emocional para ella.
2La salud de Anabel Pantoja

No es la primera vez que Anabel Pantoja se enfrenta públicamente a un problema de salud. Ya en anteriores ocasiones, y a raíz de sus fluctuaciones de peso, sus problemas de ansiedad o sus altibajos emocionales, había optado por compartir su experiencia con total transparencia. Esta actitud ha reforzado su vínculo con un público que, más allá de su pasado como tertuliana de Sálvame o como rostro habitual en la prensa rosa, la reconoce como una figura cercana, real, con la que es fácil empatizar. En este caso, la exposición de su última operación ha vuelto a generar una oleada de mensajes de apoyo y muestras de cariño que, según ella misma ha comentado, le han servido como bálsamo para encarar la recuperación con más ánimo. De hecho, ha confirmado que está siguiendo al pie de la letra las recomendaciones médicas para evitar complicaciones y que espera volver pronto a su rutina habitual sin necesidad de nuevas intervenciones.
En paralelo, los problemas judiciales que aún tiene pendientes continúan abiertos, aunque ella ha preferido no hacer declaraciones al respecto. La influencer sabe que cualquier palabra suya puede ser interpretada, amplificada o utilizada en su contra, por lo que ha optado por el silencio mientras su entorno más cercano trata de protegerla. A pesar de los rumores y de las especulaciones, Anabel ha dejado claro en varias ocasiones que su prioridad absoluta es el bienestar de su hija y que, por encima de cualquier presión mediática, está su papel como madre, compañera y mujer en proceso de reconstrucción emocional. Porque si algo ha demostrado en los últimos meses es que, pese a todo, no está dispuesta a dejarse vencer por las circunstancias. Con lágrimas, con miedos, con dudas y con momentos de vulnerabilidad, Anabel sigue en pie. Y eso, en medio del torbellino que ha supuesto este año, ya es toda una victoria.