El coche se ha convertido en una extensión de nuestra vida digital, casi una segunda oficina o sala de estar sobre ruedas donde la tecnología juega un papel cada vez más protagonista. Parece impensable salir a la carretera sin el móvil a mano, ya sea para usar el GPS, escuchar música o estar localizables, y los soportes para sujetarlo proliferan como setas en otoño, pero cuidado, según la Dirección General de Tráfico (DGT) una mala elección o colocación de este accesorio puede acarrear consecuencias inesperadas y bastante costosas, transformando una comodidad aparente en un verdadero quebradero de cabeza y un riesgo para la seguridad vial. La comodidad tecnológica nunca debe anteponerse a la prudencia al volante, un principio que a veces olvidamos entre tantas pantallas y notificaciones.
La cuestión no reside tanto en la legalidad del soporte en sí, que generalmente está permitida, sino en cómo y dónde lo instalamos dentro del habitáculo de nuestro vehículo. La normativa de tráfico española es bastante clara respecto a la necesidad de mantener un campo de visión despejado y la libertad de movimientos del conductor, y aquí es donde un soporte de móvil mal ubicado entra en conflicto directo con la ley. No se trata de una caza de brujas tecnológica, sino de aplicar el sentido común y las regulaciones existentes para evitar distracciones o impedimentos físicos, garantizando que nuestra atención y capacidad de reacción estén centradas exclusivamente en la conducción, una tarea que ya de por sí exige máxima concentración en el complejo tráfico actual.
5ALTERNATIVAS Y CONSEJOS PARA UNA COLOCACIÓN SEGURA Y LEGAL

Afortunadamente, existen alternativas y ubicaciones recomendadas que permiten llevar el móvil a la vista sin contravenir las normas de la DGT ni poner en riesgo la seguridad. Los soportes que se fijan en las rejillas de ventilación suelen ser una buena opción, siempre que no bloqueen completamente el flujo de aire y queden a una altura que no obligue a desviar mucho la mirada de la carretera. También son válidos, siempre que no obstaculicen la visión ni interfieran con mandos o airbags, los soportes que se adhieren a zonas bajas y laterales del salpicadero, idealmente cerca del pilar A izquierdo o en la consola central si no molesta a la palanca de cambios.
La clave está en el sentido común y en realizar una comprobación previa antes de iniciar la marcha. Siéntate en el puesto de conducción, ajusta el soporte con el móvil y verifica que no te tapa ninguna zona importante de la carretera, ni los espejos retrovisores, ni el cuadro de instrumentos. Asegúrate de que llegas cómodamente a todos los mandos del vehículo y de que el soporte está firmemente sujeto. La DGT no busca prohibir el uso de estos accesorios, sino fomentar una utilización responsable que compatibilice la tecnología con la máxima prioridad en la carretera: la seguridad. Recordar esto puede ahorrarnos no solo una multa de 200 euros, sino también, y mucho más importante, evitar situaciones de peligro real al volante, algo que la DGT intenta prevenir con sus normativas y controles.