jueves, 24 abril 2025

Según la DGT llevar así el soporte del móvil en el coche te puede salir muy caro

El coche se ha convertido en una extensión de nuestra vida digital, casi una segunda oficina o sala de estar sobre ruedas donde la tecnología juega un papel cada vez más protagonista. Parece impensable salir a la carretera sin el móvil a mano, ya sea para usar el GPS, escuchar música o estar localizables, y los soportes para sujetarlo proliferan como setas en otoño, pero cuidado, según la Dirección General de Tráfico (DGT) una mala elección o colocación de este accesorio puede acarrear consecuencias inesperadas y bastante costosas, transformando una comodidad aparente en un verdadero quebradero de cabeza y un riesgo para la seguridad vial. La comodidad tecnológica nunca debe anteponerse a la prudencia al volante, un principio que a veces olvidamos entre tantas pantallas y notificaciones.

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La cuestión no reside tanto en la legalidad del soporte en sí, que generalmente está permitida, sino en cómo y dónde lo instalamos dentro del habitáculo de nuestro vehículo. La normativa de tráfico española es bastante clara respecto a la necesidad de mantener un campo de visión despejado y la libertad de movimientos del conductor, y aquí es donde un soporte de móvil mal ubicado entra en conflicto directo con la ley. No se trata de una caza de brujas tecnológica, sino de aplicar el sentido común y las regulaciones existentes para evitar distracciones o impedimentos físicos, garantizando que nuestra atención y capacidad de reacción estén centradas exclusivamente en la conducción, una tarea que ya de por sí exige máxima concentración en el complejo tráfico actual.

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¿DÓNDE RADICA EL PELIGRO REAL DE UN SOPORTE MAL COLOCADO?

Fuente Freepik

El principal problema que señala la DGT con respecto a los soportes de móvil no homologados o mal instalados es la obstrucción del campo visual del conductor. Puede parecer un detalle menor, un pequeño objeto en el salpicadero o pegado al parabrisas, pero en situaciones críticas, esa mínima porción de visión bloqueada puede ser la diferencia entre ver a tiempo un peatón, una señal o un obstáculo imprevisto y reaccionar tarde, con consecuencias potencialmente fatales. La carretera no perdona las distracciones ni las limitaciones, por mínimas que parezcan, y la visibilidad completa es uno de los pilares fundamentales de una conducción segura, algo que las autoridades de tráfico no se cansan de recalcar en sus campañas de concienciación.

Además de la visibilidad, otro riesgo asociado a una colocación inadecuada del soporte es la interferencia con elementos esenciales del vehículo o con la propia conducción. Un soporte que bloquee parcialmente la salida de aire de los aireadores puede parecer trivial, pero uno que impida el correcto despliegue de un airbag en caso de colisión es harina de otro costal, convirtiendo un elemento de seguridad pasiva en un peligro añadido. Del mismo modo, si el soporte o el propio móvil dificultan el acceso a la palanca de cambios, los mandos de las luces, los intermitentes o incluso el volante, se está comprometiendo la capacidad del conductor para manejar el vehículo de forma segura y eficaz, una circunstancia que la DGT persigue activamente por el riesgo que conlleva.

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