El nivel de tensión en «Sueños de Libertad» llega a su máximo nivel en el capítulo 293 que se emite hoy. Las relaciones se rompen, los rencores emergen, y las decisiones desesperadas determinan el futuro de los personajes.
Begoña explota en la discusión con María, que tenía meses incubándose, mientras que Damián, ansioso por venganza, inicia un camino sin retorno. La familia De la Reina se tambalea y cada uno de sus miembros deberá optar por reconciliarse o declararse la guerra.
1DAMIÁN CONTRA EL MUNDO

Damián ha llegado a su punto más bajo en Sueños de Libertad. Después del fracaso experimentado en la última junta, el patriarca de los De la Reina está al borde del precipicio. Sus hijos, Marta y Andrés, persisten en que hay que encontrar una alternativa pacífica al recalentado enfrentamiento, pero él ha dejado de confiar en el diálogo. ‘Si Don Pedro quiere guerra, guerra tendrá’, le dice al aire, decidido a seguir el camino de su ya muerto hermano Jesús. La obsesión por la derrota del Merino le ha creado tal ceguera en la percepción que ya no escucha nada, ni las voces de los más amados.
La llegada de un detective a Sueños de Libertad —éste es precisamente el mismo que había destapado, en su momento el escándalo que unía a Marta y a Fina— supuso un oscuro giro en el guion de su estrategia. Damián está decidido a jugar sucio aun a costa de perder el aprecio de su gente; este hombre, un fantasma del pasado preñado de las tramas de Jesús, puede tomar una parte importante para hundir a Don Pedro, pero también para arrastrar a Damián hasta la sima sin posibilidad de retorno.
Mientras tanto, Tasio celebraba el triunfo en la perfumera, pero a su vez el triunfo le parecía vacío: el distanciamiento con la familia ya se hacía cada vez más evidente. La virtud del poder, parece, es la que tiene el precio demasiado alto. En el momento en el que Pelayo se entera de los planes de Damián, intenta hacerle cambiar de idea, pero da la impresión de que ya se hace tarde.
«No puedes convertirte en lo que siempre has odiado», le advierte, recordándole todos los errores de Jesús. No obstante, Damián ya no es capaz de distinguir entre aliados y enemigos. Hasta Marta, que siempre ha sido su mayor apoyo, empieza a dudar de su criterio. ¿Está dispuesto a sacrificar a su propia familia con tal de ganar esta batalla?, Mientras tanto, en la penumbra, Don Pedro sigue moviendo hilos, ignorando que su rival ha dejado de seguir las reglas.