En La Promesa, la tensión llega a su clímax en un capítulo donde el amor se enfrenta a los convencionalismos, las verdades ocultas emergen a la superficie y el peligro ramifica en cualquier rincón. El capítulo del miércoles 23 de abril es el primer episodio que marca un antes y un después de la historia de la hacienda, en el que las revelaciones derribarán las bases fundamentales.
Curro, el vaquero de buen corazón, decide arriesgarlo todo por amor, mientras que Adriano, experimentando la consecuencia de sus audacias. En un lugar donde las apariencias lo son todo, la verdad siempre acaba abriéndose paso, aunque ello cueste vidas en su camino.
3EL MISTERIO QUE NADIE QUIERE RESOLVER

La desaparición de Santos no es pura casualidad, sino la traza de un hilo de una madeja aún más tenebrosa. Su ausencia, unida por la de la abruptamente desaparecida Ana, da lugar a sospechas entre los habitantes de La Promesa: «Nadie sabe dónde están, pero todos intuyen que algo no encaja», nos brinda la trama con una cuota de suspense muy controlada.
Vera, siempre atenta, ratifica que Ana ya no se encuentra en Luján, pero lo que aparecen son más preguntas que respuestas. ¿Huyeron juntos? ¿O hay algo más oscuro detrás de estas ausencias? En un palacio donde los secretos quedan enterrados muy en lo profundo, un solo movimiento en falso puede conducir a serias dificultades. Las teorías sobre Santos y Ana se multiplican en provincias.
¿Un amorío clandestino fue lo que los unió o hay intereses más oscuros en juego?
Algunos piensan que Santos pudo haber visto algo que no tenía que ver, algo por lo que alguien podría estar dispuesto a silenciarlo. Ana, por el contrario, siempre había sido una mujer con mucha mística, su repentina huida le añade combustible al fuego de las suposiciones.
La Vera podría tener más datos de los que admite, su proximidad con Ana puede darle otra mirada, pero… ¿Hablará cuando todos piensan que tiene que reservarse? Si decide investigar por su cuenta, podría encontrarse en una situación comprometida y convertirse en la próxima pieza de un rompecabezas sangriento.
El misterio crece con cada minuto que pasa; si Santos y Ana no están a la vista en breve, las consecuencias podrían esparcirse como las virutas de pólvora. En La Promesa las desapariciones nunca son accidentales; alguien, en algún lugar, sabe más que lo que da a entender. El capítulo podría presentar algunas de las primeras pistas, todo un canto de la verdad, pero la verdad puede resultar más desgarradora que lo que nadie se imagina.