Después de unos días de descanso… ¿quién no ha deseado que las vacaciones nunca se acaben? La vuelta al trabajo suele ser uno de esos momentos en los que el estrés se acumula y parece que la rutina no nos va a dejar respirar. Sin embargo, con algunos pequeños cambios en la manera en que afrontamos el regreso, ¡puede que no sea tan horrible!
El truco está en empezar con calma, no precipitarse. Si te preparas bien y tomas los primeros días con una actitud relajada, es probable que el regreso al trabajo no te cause tanto desgaste. A veces solo es cuestión de mirar las cosas desde otra perspectiva…
4Tómate pequeños descansos

Es fácil perderse en el trabajo y olvidar lo importante que es desconectar de vez en cuando. Durante tu vuelta al trabajo, es más esencial que nunca tomar descansos cortos y frecuents. Levántate, da un paseo, estira un poco las piernas… cualquier cosa que te permita relajarte y despejar la mente.
Es un truco sencillo, pero efectivo. Te sorprenderá cómo esos pequeños descansos pueden ayudarte a mantener la energía, reducir el estrés y mejorar tu productividad. La vuelta al trabajo no tiene que ser sinónimo de agotamiento.