martes, 22 abril 2025

‘Valle Salvaje’: Saltan chispas entre Úrsula y Rafael

El sol se pone tras las montañas del Valle Salvaje, pero el calor no es del tiempo, sino de la tensión que se vive entre sus habitantes. La familia que se reencuentra se ha convertido en un campo de batalla emocional donde cada mirada, cada palabra, puede desatar lo que todos temen que pase: un escándalo que les arrebataría el control.

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En este capítulo 142 que se estrena esta tarde, las pocas piezas del tablero del juego se mueven con gran precisión, pero… ¿Quién tiene realmente el control? Lo descubrirán todos aquellos que sintonicen hoy la cadena pública.

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ENTRE EL ORGULLO Y EL DOLOR

'Valle Salvaje': Saltan chispas entre Úrsula y Rafael
Fuente: RTVE

Adriana las tiene todas las cosas controladas en Valle Salvaje, ha podido ser dueña de sus emociones, pero siente que en este momento se le escapan; Rafael, el hombre que le ha prometido amor eterno, parece estar distraído en la compañía de otra. «No son celos», repite, «simplemente no aguanto su falsa sonrisa». Pero las mentiras que se dice a sí misma ya no le ayudan.
La presencia de Úrsula en el rancho es como un espejo que le trae de regreso la imagen que no quiere ver: la de la relación que han construido.

Si Rafael ha hallado un refugio con otra mujer, ¿qué estará quedando de todo aquello que han construido? La sombra de Julio, siempre presente, viene a afear las cosas. Adriana se pregunta si algún día podrán librarse de un pasado que los ronda como una maldición. Pero hay algo más. Úrsula no es una invitada como cualquier otra; hay algo intencionado en su forma de mirar, de hablar, de acercarse entre ella y Rafael.

Las noches se le hacen interminables. Mientras Rafael está «arreglando historias» con Úrsula, Adriana se sumerge en los recuerdos. «¿En qué momento todo dio un vuelco?», se pregunta, mirando un anillo de compromiso que ya no brilla. Hay un ruido interno que le grita que luche, pero su orgullo le ata las manos. ¿Cómo competir con quien juega con las cartas marcadas?

Sus amigas le dicen que actúe, pero ella no quiere rebajarse. «Si él prefiere a otra, que se la lleve», dice con una falsa seguridad que no la engaña ni a ella misma, ya que un nudo se la nota en la garganta. Lo más hiriente no es la posible infidelidad de Rafael, hace tiempo que la asumió, sino la complicidad de los demás. Victoria la mira con pena, José Luis evade el tema y hasta los trabajadores se lo murmuran. ¿Es que todos esperan que haga agua?

No obstante, hay un fuego que surge en Adriana, fuego que ni ella misma conocía. Una tarde, al ver a Úrsula acercarse demasiado a Rafael, siente que algo se quiebra en su interior. No será el llanto lo que la define, sino la determinación. «Si quieren guerra, la tendrán», susurra, mientras se seca una lágrima furtiva. Pero esta vez no lucha solo por amor, sino por dignidad.


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