La existencia de Bahar parecía, en efecto, avanzar hacia el sosiego. Había ido eligiendo la soledad, el sacrificio y el silencio como forma de vida, había ido aprendiendo a escuchar su corazón, pero el destino tenía otros planes.
La serie Renacer, que inició como un relato de empoderamiento femenino, pasa ahora a estar inmersa en un verdadero torbellino de batallas legales, traiciones familiares y luchas de poder que van batallando con el temple de su protagonista. Lo que comenzó como un despertar femenino se ha transformado en un conflicto en toda regla, donde cada pequeña victoria es nuevamente efímera y cada pequeña revelación, un nuevo golpe.
3LIDERAZGO Y LEALTAD EN RENACER

La salida de Sureyya del hospital en Renacer supone para el espectador el descubrimiento de que no solo se da una despedida, sino que también se abre un vacío en el poder. Con Reha a la vez como director interino, la pugna por ocupar la jefatura médica se convierte en un duelo entre Timur y Evren. Evren, el cual ha sufrido el tormento de ver a su hermano Cem herido por su propio puño, todavía no está del todo seguro de si está preparado para asumir el puesto que merece, dividido como se encuentra entre su carrera profesional y la vida de Cem.
El violento enfrentamiento de Cem en el centro de menores supone un catalizador. Evren no puede reproducir el quebradero de cabeza que ha venido arrastrando, el cual lo ha llevado a ocultar el hecho de que su sitio está junto a su hermano, cosa que hará, aunque suponga poner en riesgo sus sueños de grandeza profesional. Esto es: hasta qué punto ha de sacrificarse uno por la familia. La serie no da respuestas fáciles acerca de la inquietud que puede suponer esta pregunta, sí que ofrece, eso sí, una lectura trágica acerca de los límites que tiene el deber.
Virgil, en su último diálogo con Bahar, le solicita excuses y la anima a no abandonar la lucha por Evren. Resulta ser un escenario de redención para todos aquellos personajes que —hasta aquí— habían encarnado todo lo que hay de mezquino; pero a la vez su salida deja flotando en el aire una pregunta: ¿sobrevivirá la institución —y Bahar— a los anhelos de Timur y las maquinaciones de Rengin?