Comprar un coche de segunda mano es una aventura, una forma estupenda de acceder a un vehículo que de otra manera no podrías permitirte, pero tiene sus riesgos inherentes que a menudo se disfrazan bajo un brillo superficial. El mercado de ocasión en España mueve mucho dinero, y donde hay transacciones importantes entre particulares o compraventas, siempre hay quien busca la manera de sacar tajada fácil a costa de la buena fe del comprador. Desgraciadamente, esta realidad es más común de lo que parece.
Este mercado, tan vital para muchos hogares españoles que necesitan movilidad sin poder afrontar el coste de un vehículo nuevo, es un caldo de cultivo para las artimañas y los engaños, técnicas que van desde la simple omisión de información hasta la manipulación descarada de datos y elementos del vehículo. Estamos hablando de prácticas que no solo suponen un perjuicio económico notable para quien las sufre, sino que en muchos casos pueden poner en riesgo la seguridad al volante. Es fundamental abrir bien los ojos y no dejarse llevar solo por el precio atractivo o el aspecto exterior del coche.
4EL DETECTIVE PRIVADO: INFORMES CRUCIALES QUE LA OCU RECOMIENDA

Ante este panorama de posibles engaños, el comprador no está completamente indefenso; existen herramientas muy valiosas y accesibles para verificar la información que proporciona el vendedor y descubrir posibles fraudes, siendo los informes de historial del vehículo, como los proporcionados por la Dirección General de Tráfico (DGT) o empresas especializadas, la primera línea de defensa más efectiva. Estos informes, que se solicitan simplemente con la matrícula del coche, recopilan datos oficiales y registrados sobre el vehículo, ofreciendo una radiografía detallada de su pasado: desde el número de propietarios que ha tenido y las cargas o gravámenes que pesan sobre él, hasta los registros de kilometraje en cada Inspección Técnica de Vehículos (ITV) y si ha estado involucrado en accidentes relevantes que hayan sido registrados por aseguradoras o autoridades.
La información contenida en estos informes es oro puro y puede desbaratar la versión edulcorada del vendedor en cuestión de minutos, permitiendo al comprador contrastar los kilómetros declarados con los registrados en las ITV, comprobar si el coche ha sufrido daños estructurales declarados o si ha tenido un número sospechosamente alto de propietarios en poco tiempo. Solicitar uno de estos informes antes incluso de ir a ver el coche es una inversión mínima (apenas unos euros) que puede ahorrar miles en disgustos y reparaciones futuras, actuando como un filtro inicial indispensable para descartar de inmediato aquellos vehículos con un historial turbio. Es una recomendación constante por parte de organizaciones de consumidores como la OCU.