Comprar un coche de segunda mano es una aventura, una forma estupenda de acceder a un vehículo que de otra manera no podrías permitirte, pero tiene sus riesgos inherentes que a menudo se disfrazan bajo un brillo superficial. El mercado de ocasión en España mueve mucho dinero, y donde hay transacciones importantes entre particulares o compraventas, siempre hay quien busca la manera de sacar tajada fácil a costa de la buena fe del comprador. Desgraciadamente, esta realidad es más común de lo que parece.
Este mercado, tan vital para muchos hogares españoles que necesitan movilidad sin poder afrontar el coste de un vehículo nuevo, es un caldo de cultivo para las artimañas y los engaños, técnicas que van desde la simple omisión de información hasta la manipulación descarada de datos y elementos del vehículo. Estamos hablando de prácticas que no solo suponen un perjuicio económico notable para quien las sufre, sino que en muchos casos pueden poner en riesgo la seguridad al volante. Es fundamental abrir bien los ojos y no dejarse llevar solo por el precio atractivo o el aspecto exterior del coche.
3PAPELES MOJADOS: REVISIONES FALSAS Y LA ALERTA DE LA OCU

El libro de revisiones o el historial de mantenimiento es la «partida de nacimiento» del cuidado que ha recibido un coche a lo largo de su vida útil, un documento esencial que certifica que el vehículo ha pasado por el taller periódicamente para las inspecciones y cambios de fluidos y piezas recomendados por el fabricante. Un historial de mantenimiento completo y sellado por talleres oficiales o de confianza transmite tranquilidad y confianza al comprador, indicando que el coche ha sido bien cuidado y que las operaciones preventivas cruciales (como el cambio de la correa de distribución, por ejemplo) se han realizado a tiempo, evitando posibles averías mayores.
Sin embargo, en el mercado de ocasión, existe una proliferación de libros de revisiones falsificados, donde los sellos, las firmas y las fechas se inventan para crear una apariencia de mantenimiento riguroso, ocultando así que el coche ha podido estar años sin pisar un taller o que se han descuidado operaciones vitales para su buen funcionamiento y durabilidad. Comprar un coche con un historial inventado es un salto al vacío; no se tiene ninguna certeza sobre el estado real de componentes internos, ni sobre si se han utilizado los lubricantes adecuados, ni si se han sustituido piezas de desgaste como filtros, bujías o la mencionada correa de distribución, fallos que pueden desembocar en averías catastróficas y extremadamente costosas poco después de la compra, algo que la OCU subraya como un riesgo real y tangible.