Comprar un coche de segunda mano es una aventura, una forma estupenda de acceder a un vehículo que de otra manera no podrías permitirte, pero tiene sus riesgos inherentes que a menudo se disfrazan bajo un brillo superficial. El mercado de ocasión en España mueve mucho dinero, y donde hay transacciones importantes entre particulares o compraventas, siempre hay quien busca la manera de sacar tajada fácil a costa de la buena fe del comprador. Desgraciadamente, esta realidad es más común de lo que parece.
Este mercado, tan vital para muchos hogares españoles que necesitan movilidad sin poder afrontar el coste de un vehículo nuevo, es un caldo de cultivo para las artimañas y los engaños, técnicas que van desde la simple omisión de información hasta la manipulación descarada de datos y elementos del vehículo. Estamos hablando de prácticas que no solo suponen un perjuicio económico notable para quien las sufre, sino que en muchos casos pueden poner en riesgo la seguridad al volante. Es fundamental abrir bien los ojos y no dejarse llevar solo por el precio atractivo o el aspecto exterior del coche.
2LA DANZA DE LOS KILÓMETROS MANIPULADOS SEGÚN LA OCU

La cifra que marca el cuentakilómetros es, sin duda, uno de los datos clave que determina el valor de un coche de segunda mano y la percepción de su desgaste general, convirtiéndose por ello en un objetivo prioritario para los vendedores deshonestos que buscan inflar el precio artificialmente. Reducir el kilometraje de un coche que ha rodado mucho es una práctica fraudulenta relativamente sencilla de ejecutar en la era digital, basta con un cable y un software específico, y el resultado es un vehículo que aparenta tener menos uso del real, lo que justifica ante el comprador un precio más elevado y una supuesta «buena vida» del motor y sus componentes.
Esta manipulación no solo constituye un delito y una estafa flagrante, sino que tiene consecuencias directas y muy costosas para el comprador, quien adquiere un coche con un desgaste real muy superior al que cree, lo que se traducirá inevitablemente en averías prematuras y un mantenimiento mucho más caro a corto y medio plazo. Componentes como el motor, la caja de cambios, la suspensión, los frenos y otros elementos vitales tienen una vida útil limitada por el uso, y al comprar un vehículo con kilómetros rebajados, se está acortando drásticamente esa vida útil esperada, llevándose a casa un coche que, en realidad, está mucho más cerca de necesitar reparaciones mayores de lo que indica su falso marcador. La OCU advierte constantemente de este tipo de fraude por su prevalencia y dificultad de detección sin ayuda externa.