El eterno problema de aparcar, una batalla diaria en cualquier ciudad o pueblo de nuestra geografía, especialmente en los cascos antiguos o en barrios con densidad de tráfico y edificios. Encontrar un hueco libre se convierte a menudo en una odisea que pone a prueba la paciencia de cualquiera al volante, y la tentación de dejar el coche «solo un minuto» mientras se hace un recado rápido es, reconozcámoslo, muy humana, aunque la DGT lo tenga muy claro y las multas no perdonen la improvisación.
Esta mentalidad del «es solo un momento» choca frontalmente con normativas de tráfico muy concretas, diseñadas precisamente para garantizar la fluidez y el acceso continuo, incluso si a simple vista parece que no se molesta a nadie en ese instante preciso. Un claro ejemplo de esto, y uno que pilla a más de uno por sorpresa con una receta de 200 euros bajo el limpiaparabrisas, es el de aparcar frente a un vado correctamente señalizado, esa pequeña rampa en la acera que tantos quebraderos de cabeza genera a los conductores. La creencia popular de que si el dueño de la cochera o el local no está, o si «solo es un momentito», no pasa nada, es un error muy extendido y, sobre todo, muy caro. La norma es infranqueable, por mucho que nos pese o que nos parezca injusta en un momento dado, y entender su razón de ser es fundamental para evitar disgustos y, por supuesto, para cumplir con la ley.
4SEÑALIZACIÓN CLARA: LA CLAVE PARA EVITAR LA MULTA DE LA DGT

Para que la multa sea legalmente aplicable, el vado debe estar correctamente señalizado. Esto implica que debe contar con la placa oficial del ayuntamiento correspondiente, que especifica el número de licencia y, a menudo, el horario (si aplica, aunque en la mayoría de los casos de garajes es 24 horas). Una placa casera, un simple cartel de «Prohibido aparcar» hecho a mano o una rampa sin la señalización oficial del consistorio no tienen validez legal a efectos de sanción por vado. La DGT y las ordenanzas municipales son claras al respecto: la señalización debe ser la homologada y estar visible, indicando inequívocamente que se trata de un paso de vehículos autorizado.
Es responsabilidad del conductor observar la señalización vertical antes de estacionar. La ausencia de una placa de vado homologada significa que, aunque haya una rampa o parezca la entrada a un garaje, no existe una prohibición específica de estacionamiento basada en esa condición (aunque podrían existir otras prohibiciones, como aparcar en acera, doble fila, etc.). Sin embargo, si la placa está presente y es la oficial, la prohibición es efectiva y la multa de 200 euros por obstruir el paso es completamente legal. El conductor debe buscar siempre los distintivos oficiales antes de dejar el coche, ya que la ignorancia de la ley o la falta de atención a la señalización no eximen del cumplimiento de la norma y de la sanción correspondiente si se incumple, algo que la DGT recuerda constantemente en sus campañas.