El mundo digital se ha convertido en una extensión omnipresente de nuestras vidas. Realizamos compras, gestionamos nuestras finanzas y mantenemos contacto con amigos y familiares a través de la red, y es precisamente en esta interconexión donde reside una debilidad crítica de seguridad que pocos perciben. Sin darnos cuenta, estamos dejando la puerta abierta a riesgos mayúsculos, y un fallo fundamental, que podríamos considerar una negligencia grave, nos deja completamente vulnerables ante criminales. Los datos personales y financieros, que son el oro del siglo XXI, se convierten en objetivos fáciles si no tomamos precauciones básicas.
La paradoja es que, a menudo, la mayor amenaza para nuestra privacidad y nuestros bienes no proviene de sofisticados ataques de hackers estatales, sino de descuidos básicos al alcance de cualquiera con mínimas nociones técnicas. La conveniencia o la simple pereza nos llevan a cometer errores fundamentales que minan cualquier atisbo de protección online. Estas brechas, aparentemente menores, son en realidad grietas enormes por las que se cuelan los ciberdelincuentes, aprovechando precisamente esa falta de rigor que se extiende como una epidemia digital. La buena noticia, si es que la hay, es que corregir estos fallos está en nuestra mano, depende únicamente de adoptar hábitos digitales más robustos y conscientes de la seguridad.
2DEJAR LA PUERTA TRASERA ABIERTA: EL PELIGRO DE IGNORAR LA DOBLE AUTENTICACIÓN

Más allá de la contraseña, por muy compleja y única que sea, existe una capa de protección adicional que se ha convertido en un estándar básico de seguridad: la autenticación de dos factores, o 2FA por sus siglas en inglés. Se trata de un segundo paso necesario para verificar nuestra identidad, algo que va más allá de simplemente introducir la clave que, teóricamente, solo nosotros conocemos. Este segundo factor suele ser algo que tenemos físicamente (nuestro teléfono móvil) o algo que nos identifica de forma biométrica (nuestra huella dactilar o rostro).
Saltarse la configuración de la 2FA en servicios críticos es, simple y llanamente, dejar una puerta trasera abierta de par en par en tu fortaleza digital. Si un criminal logra hacerse con tu contraseña principal –ya sea por una filtración, un ataque de phishing o incluso malware en tu dispositivo–, la ausencia de este segundo factor le permite entrar directamente a tu cuenta, sin encontrar obstáculo alguno en su camino. La mayoría de las grandes plataformas online, desde bancos y proveedores de correo electrónico hasta redes sociales y servicios de almacenamiento en la nube, ofrecen 2FA como una opción gratuita y fácil de activar, convirtiéndose en una medida esencial para una buena seguridad.