La Semana Santa ha sido para muchos españoles una oportunidad de oro para desconectar de la rutina y disfrutar de unos días de vacaciones, ya sea en casa, en pueblos con encanto o en destinos internacionales. En medio de este clima de descanso, Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia también decidieron hacer las maletas y alejarse del foco mediático. Para ello, eligieron la idílica isla italiana de Sicilia como destino para vivir unos días de amor y tranquilidad, sin paparazzis ni curiosos a la vista. Sin embargo, su escapada romántica no ha resultado tan plácida como esperaban. Un altercado en plena vía pública ha roto la paz de la pareja y ha convertido una simple comida en un episodio tenso que ha terminado con gritos, amenazas de llamar a la policía y una imagen muy alejada de la que hasta ahora se tenía de Armentia.
2Iñaki Urdagarin, al margen de los escándalos

Las imágenes obtenidas por el testigo confirman el incidente y han sido clave para que el programa se atreviera a contarlo. Desde el entorno de Ainhoa y Urdangarin no se han pronunciado al respecto, pero este suceso ha servido para que muchos se replanteen la imagen pública de la abogada. Hasta ahora, Armentia había aparecido como una mujer discreta, poco amiga del foco mediático y reacia a las polémicas. Sin embargo, este episodio pone en evidencia un carácter más fuerte y decidido, dispuesto a defender su privacidad por encima de todo. Su reacción, aunque desproporcionada, puede entenderse como el reflejo de una presión constante. Desde que se hizo pública su relación con el exduque de Palma, su vida cambió radicalmente. Pasó de ser una trabajadora anónima en una asesoría a convertirse en uno de los rostros más perseguidos por la prensa del corazón. Ese peso mediático, sumado a la intención constante de preservar su intimidad, podría estar haciendo mella en su paciencia.
No es la primera vez que Iñaki y Ainhoa son observados con lupa durante sus escapadas, aunque en esta ocasión la tensión ha superado cualquier precedente. Desde que iniciaron su relación, han sido muy pocas las veces que se les ha captado en actitud relajada, precisamente por esa obsesión por pasar desapercibidos. Viven una relación marcada por la polémica desde sus orígenes, al haber comenzado mientras él seguía casado con la infanta Cristina, y eso ha hecho que su entorno personal y mediático esté siempre en alerta. No es de extrañar, entonces, que la reacción de Ainhoa frente a lo que percibió como una amenaza haya sido tan visceral.
A pesar del incidente, el viaje continúa y todo apunta a que el resto de los días que pasen en Sicilia estarán marcados por una mayor discreción. Armentia probablemente haya aprendido que no todo aquel que saca una cámara tiene intenciones ocultas. O quizá simplemente prefiera seguir protegiendo su esfera privada con uñas y dientes, incluso a riesgo de protagonizar nuevos conflictos. Lo que está claro es que esta Semana Santa no ha sido tan relajada como ambos esperaban, y que la sombra de la fama sigue siendo una compañera incómoda en sus intentos de normalizar su historia de amor.