Muchos conductores viven con el temor constante de que un descuido con la documentación del vehículo o una ITV caducada les deje tirados en la cuneta, pero los tiempos cambian y las prioridades de la DGT también evolucionan. Más allá del papeleo, que sigue siendo crucial, emergen nuevas causas que pueden llevar a la inmovilización inmediata del coche, situaciones que a menudo pillan por sorpresa a los propios afectados y que conviene conocer a fondo para evitar males mayores en nuestros desplazamientos diarios o vacacionales.
Estos nuevos escenarios ponen el foco en la actitud del conductor y en el estado real del vehículo más allá de lo que certifiquen los papeles, reflejando una preocupación creciente por la seguridad vial activa y por la calidad del aire que respiramos. Negarse a una prueba de detección de alcohol o drogas, o circular con un vehículo cuyas emisiones contaminantes sean descaradamente visibles, son ahora motivos suficientes para que los agentes de la autoridad decidan que nuestro coche no puede seguir circulando, una medida drástica pero cada vez más presente en las carreteras españolas y amparada por la normativa vigente impulsada por la DGT.
4GRÚA A LA VISTA: EL PROCESO DE INMOVILIZACIÓN Y CÓMO SALIR DEL ATASCO

Cuando un agente decide inmovilizar un vehículo por negativa a las pruebas o por emisiones flagrantes, el procedimiento suele ser rápido y contundente, buscando siempre retirar el peligro potencial de la carretera cuanto antes. El vehículo quedará precintado o bloqueado en el lugar donde se encuentre, o será trasladado por una grúa a un depósito municipal o autorizado, corriendo todos los gastos asociados a cargo del conductor o propietario, una carga económica adicional que la DGT considera disuasoria.
Para poder recuperar el vehículo inmovilizado, el camino pasa inevitablemente por solucionar la causa que originó la medida, lo cual es una prioridad para la DGT. Si fue por negarse a las pruebas, habrá que esperar a que desaparezcan las causas que motivaron la inmovilización (por ejemplo, que otro conductor habilitado se haga cargo) y afrontar el procedimiento sancionador; si fue por emisiones, será necesario acreditar la reparación de la avería o la subsanación del problema, usualmente pasando una verificación extraordinaria en una estación de ITV, antes de poder volver a circular legalmente, demostrando así la eficacia de las políticas de la DGT.