sábado, 19 abril 2025

Sueños de libertad trae un nuevo capítulo cargado de entramados amorosos

La existencia en Sueños de libertad no es sencilla. Cada uno de sus actores lleva a cuestas una mochila de emociones que llegará, en alguno de los casos, a abrirse. En este nuevo capítulo, las confesiones, las batallas por el poder o por las penurias cotidianas tejen una red de tensiones que parece dejar huella.

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Digna, saturada con la salud de su hijo y con las emociones contradicciones, se confiesa a Don Agustín; mientras que Damián organiza sus ideas para hacer frente a Don Pedro. Carmen, por otro lado, en la cantina lucha con las problemáticas logísticas que podría acabar con su negocio. En la vida de esta novela, la libertad parece un sueño terriblemente esquivo y siempre sometido a condiciones.

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DAMIÁN, DON PEDRO Y TODO LO OCULTO

Sueños de libertad trae un nuevo capítulo cargado de entramados amorosos
Fuente: Atresmedia

Damián es consciente en Sueños de Libertad de que, si quiere derrotar a Don Pedro, debe recurrir a las malas artes y está decidido a hacerlo, su contacto con una figura del pasado del empresario no es una casualidad; es una estrategia para sacar a la luz secreta que podrían acabar con él. En esta partida de ajedrez, se mueven las piezas en la penumbra y el que sonríe hoy, mañana puede ser el que caiga, pero Don Pedro no es un adversario del cual fiarse.

Su habilidad le ha llevado a mantenerse arriba de la tabla durante años y, al poner a Tasio al frente del proyecto, comunica la realidad de un hombre que se siente seguro de sí mismo: «No hay nadie que se pueda escapar de mí». Pero Tasio, pese a encontrarse entusiasmado con dicha encomienda, no es consciente de que no es más que un peón que ha de ceder ante un juego más grande.

La ingenuidad en los negocios es un defecto capital y eso bien lo sabe Don Pedro, mientras tanto Andrés, agotado por la revisión del plan de seguridad, empieza a temer que sea una víctima de un sabotaje encubierto, el cansancio empaña su juicio, pero su instinto le sugiere que las cosas no son lo que parecen. Don Pedro sonríe desde su oficina, al tener la certeza de que cada forma de presionar a su rival reduce el margen de sus enemigos hasta el vacío.

Pero Damián no es el único que lleva sorpresas en la manga. Don Pedro, seguro de sí mismo, no da demasiado valor al rencor que puede haber acumulado la gente a la que ha ido pisando. Y en los pasillos de la fábrica, hasta la rumorología va aumentando. Alguien puede estar maquinando en contra suya, alguien que él nunca se ha atrevido a considerar un enemigo. En esta vida, el poder es frágil; la caída de un titán puede comenzar por medio de un solo hilo que se ha dejado caer.


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