Entre unos resultados no tan positivos como lo esperado para el primer trimestre de 2025 y la nueva guerra comercial iniciada por Donald Trump en Porsche tienen mucho que preocuparse. El fabricante de vehículos de lujo está en medio de una tormenta perfecta y aunque seguramente pueda sobrevivir por su historia desde Alphavalue la recomendación en este momento es que se estacione de momento la inversión en la empresa, asumiendo que se reducirá su valor antes del fin de esta nueva crisis.
Lo cierto es que los aranceles aplicados sobre Europa son uno de los principales motivos, no solo es el arancel del 20% que el presidente de Estados Unidos ha presentado para todo Europa, sino que específicamente ha dejado claro que la construcción de vehículos particulares es clave para el futuro que busca en el país norteamericano, lo que es un castigo particular para las marcas europeas, incluso una tan dedicada al mercado del lujo como lo es la propia Porsche.
A esto se suma que la empresa ha empezado a tener problemas en otro mercado clave, como lo es China. El gigante asiático se ha vuelto un mercado cada vez más difícil para las empresas de fabricación de vehículos de occidente, primero por la competencia local, con empresas como BYD, Changan, Chery, Geely, MG, SAIC creciendo en su país y expandiéndose para competir en el mercado de Europa y Estados Unidos. Es un cambio importante tanto para Porsche como para el resto de los competidores, sobre todo con una guerra comercial a la puerta de la esquina.
HAY PREOCUPACIONES REALES SOBRE LA RENTABILIDAD DE PORSCHE
Lo cierto es que la empresa tiene motivos para encender las alarmas, según el informe de Alphavalue. No es solo el problema de la caída de sus acciones, la mayor competencia en mercados clave o los retos para competir en Estados Unidos frente a las medidas arancelarias de la administración de Donald Trump. Directamente, dan por hecho que en el corto plazo la empresa puede perder su rentabilidad y tardar años en recuperar los niveles actuales.
Es que, según el informe, no esperan que la empresa sea capaz de atajar la reducción esperada en el volumen de ventas en los próximos meses. Se suma a que si no hay un cambio real en los planes del gobierno de Trump, que por ahora solo ha retrasado los aranceles no lo ha retirado, la situación puede seguir empeorando en el corto plazo, lo que hará que las cosas todavía empeoren por un tiempo para el fabricante alemán antes de empezar a mejorar.
Además, el informe cuenta con que Alemania se mantenga en el mismo bando de la guerra comercial en el que está hasta ahora. Después de todo la decisión del gigante asiatico de recomendar a sus aerolíneas dejar de comprar aviones a Boeing y otras empresas occidentales dejan claro que no descartan ser todavía más radicales, y la forma en la que está organizado el Gobierno del Partido Comunista permite que sea más fácil que tomen decisiones sobre boicots a nivel nacional.
LOS PROBLEMAS DE UN SECTOR EN PLENA TRANSFORMACIÓN
Lo cierto es que para los fabricantes de vehículos, tanto para los del mundo del lujo como para los vehículos que están pensando para familias, la realidad es que esta guerra arancelaria ocurre justo mientras que están en pleno proceso de electrificación. Cada vez son más los usuarios que al plantearse la compra de un coche apuestan por un eléctrico, aunque todavía siguen teniendo problemas, sobre todo en cuanto a los puntos de recarga y las distancias máximas que pueden recorrer.

De igual modo, ciudades como Madrid y otras grandes capitales de Europa están expandiendo las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), lo que hace más engorroso moverse con vehículos tradicionales. Esto genera un reto doble para estas empresas, que deben adaptarse a una nueva realidad inescapable al mismo tiempo que sobreviven a la crisis generada por Donald Trump.