domingo, 20 abril 2025

Se descubre cómo y dónde se encuentra Isabel Preysler tras la muerte de Mario Vargas Llosa

Isabel Preysler guarda silencio. Un silencio medido, deliberado y profundamente significativo tras la muerte de Mario Vargas Llosa, el hombre que durante ocho años ocupó un lugar privilegiado en su vida y que, pese a una ruptura amarga, nunca dejó de ser una figura clave en su historia sentimental. El pasado domingo 13 de abril se conocía la noticia del fallecimiento del Nobel de Literatura a los 89 años en Lima, víctima de una neumonía, y desde entonces muchas miradas se han dirigido hacia la figura de la socialité filipina, esperando una reacción pública, una declaración o al menos una imagen que confirmara su paradero. Pero Isabel ha optado por desaparecer de la escena pública en uno de los momentos más delicados de su vida reciente, refugiándose en la intimidad absoluta de su residencia, ajena a homenajes, titulares y gestos mediáticos.

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La familia de Isabel Preysler, señalada

En los últimos días han circulado rumores de todo tipo acerca de su ubicación. Algunas fuentes aseguraban que había aprovechado la Semana Santa para viajar al extranjero, tal como suele hacer en estas fechas, probablemente para alejarse del revuelo y evitar cualquier protagonismo mediático tras el fallecimiento de su expareja. Sin embargo, según información contrastada por medios como Informalia, Isabel Preysler no se ha movido de su casa. La madre de Tamara Falcó se encuentra desde hace varios días recluida en su mansión de Puerta de Hierro, un hogar que se ha convertido en su refugio emocional desde que en diciembre de 2022 decidiera poner fin a su relación con el escritor peruano. Allí permanece, sin salir ni ser vista, acompañada por dos de sus hijos: Ana Boyer y Julio José Iglesias Jr., quienes han querido arroparla en este trance con el máximo respeto y discreción.

Este reencuentro familiar ha sido revelador, especialmente tras la publicación de una entrañable fotografía en la que aparecen Ana, Julio José y Tamara, sonrientes y unidos. La instantánea, difundida apenas unas horas antes del anuncio oficial del fallecimiento de Vargas Llosa, ha adquirido ahora un matiz emocional aún más fuerte. Lejos de ser una simple reunión familiar, refleja el momento de recogimiento y apoyo mutuo que vive la familia, conscientes de que, más allá de la ruptura, Isabel mantuvo una relación intensa con Mario, y su muerte no es indiferente para ella. Aunque la separación se produjo en términos poco amables, con declaraciones públicas sobre escenas de celos y desencuentros personales, lo cierto es que la figura del literato dejó una huella emocional que no se borra fácilmente.

La relación entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa comenzó en 2015, apenas unos días después de que el escritor celebrara sus bodas de oro con Patricia Llosa, la madre de sus tres hijos y prima hermana suya. Aquella decisión causó un gran revuelo mediático y fue motivo de una ruptura familiar que duró casi una década. Sin embargo, tras su ruptura con Isabel, Vargas Llosa se reconcilió con su exmujer, con quien había compartido toda una vida antes del escándalo sentimental. En los últimos meses de su vida, Patricia fue su principal compañía y cuidadora, la figura que le sostuvo emocional y físicamente cuando su salud comenzó a deteriorarse. Ella también estuvo presente en el momento final y durante el funeral que se celebró este martes en Lima, un adiós íntimo y austero, como era su voluntad. Sus cenizas fueron recogidas por sus hijos tras una ceremonia en el Centro Funerario y Crematorio del Ejército de Chorrillos, después de haber sido velado en la intimidad de su domicilio limeño.

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