Por si los vaticinios de Citi y Goldman Sachs sobre el petróleo no eran bastante aguerridos, el escenario puede ser aún peor para las empresas del ramo. Después de que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) haya recortado drásticamente sus previsiones de precios, no faltan los análisis que dibujan un barril por debajo incluso de los 60 dólares, un precio que desarticularía hasta la más prudente de las estrategias.
Uno de los informes más inquietantes para los balances de las petroleras es el de Scope Ratings, que no descarta que el Brent, de desplomarse hasta esa sima, afecte gravemente a la calidad crediticia del sector, encabezado en España por gigantes como Repsol y Moeve (antes Cepsa).
El análisis, firmado por Marlen Shokhitbayev, analista de ratings corporativos para Scope, concede que, aunque el impacto no está siendo tan brutal como en 2020, la situación no es baladí: «La combinación de presiones tanto por el lado de la oferta como de la demanda van a poner a prueba las equilibradas perspectivas actuales de las compañías integradas de petróleo y gas, a pesar de sus, en general, sólidos perfiles financieros».
TRUMP Y LA OPEP+ CASTIGAN EL VALOR DEL PETRÓLEO
La incertidumbre en el mercado del crudo viene determinada por el giro proteccionista de la política económica estadounidense desde que Donald Trump se sienta en el Despacho Oval, que ha minado la confianza empresarial y alimentado los temores a una recesión económica.
Shokhitbayev no olvida que la mayor parte de los aranceles dispuestos por Trump han sido puestos en la nevera, pero aún así, considera que el daño al comercio internacional ya está hecho y, probablemente, tendrá un efecto negativo en la actividad económica global y, por ende, en la demanda de petróleo.
Por el lado de la oferta también pintan bastos: la OPEP+ (formada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y su ‘círculo exterior’, encabezado por Rusia) ha anunciado su intención de acelerar sus planes de aumento de producción, entregando 411.000 barriles diarios (bpd) al mercado en mayo, en lugar de los 135.000 bpd previamente establecidos.
Estos aumentos, subraya el informe, forman parte de una reversión gradual y flexible de los recortes voluntarios de producción de 2,2 millones de barriles diarios (mb/d), si bien el grupo señaló que «los incrementos graduales podrían pausarse o revertirse en función de la evolución de las condiciones del mercado».
EL CRUDO YA ANTICIPABA LAS ‘REBAJAS’
Scope señala que incluso antes del anuncio de la OPEP+ y de los ahora suspendidos ‘aranceles recíprocos’ propuestos por Trump, el mercado petrolero ya mostraba signos de exceso de oferta.
En marzo, la situación del sector llevó a la AIE a pronosticar un superávit de suministro de aproximadamente 0,6 mb/d en 2025; y este martes, también recortó sus previsiones de crecimiento de la demanda mundial de petróleo, situándolas en 730.000 bpd para este año, frente a los 1,03 millones de bpd previstos anteriormente, y en 690.000 bpd para el próximo año.
«Los acontecimientos recientes probablemente aumentarán significativamente el superávit, a menos que una caída en los precios del petróleo reduzca la actividad de perforación, o que las sanciones de EEUU a ciertos productores (como Venezuela o Irán) limiten la oferta de crudo», advierte el autor.
LA AIE HA RECORTADO SUS previsiones de crecimiento de la demanda mundial de petróleo, situándolas en 730.000 BARRILES DIARIOS para este año
Y, a mayor disponibilidad, menor precio. Tras el anuncio de la AIE, este martes los futuros del crudo Brent, de referencia en Europa, bajaban 54 centavos, hasta los 64,34 dólares por barril, mientras que el crudo West Texas Intermediate (WTI) de EEUU caía 57 centavos, hasta los 60,96 dólares por barril.
Scope mantiene la esperanza de que prevalezca «una toma de decisiones racional, ya que ninguno de los gobiernos de las principales economías mundiales involucradas tiene interés en una recesión prolongada».
Además, concluye el análisis, los gobiernos de los países de la OPEP+ dependen de los altos precios del petróleo para financiar el gasto público: «Por ejemplo, el FMI estima que el precio de equilibrio (break-even) del petróleo es 96 dólares por barril para Arabia Saudí y 90-100 dólares por barril para Rusia».