sábado, 19 abril 2025

Llega a Netflix el éxito de misterio que conquistó pantallas hace una década

Si bien la televisión se encuentra invadida de producciones fugaces, hay cuentos que perduran por siempre, como un clásico. Y ese es el caso de Los misterios de Laura, la serie española que aterrizó en La 1 en 2009 y que más de diez años después renace en las pantallas de Netflix con las tres temporadas y sus especiales disponibles en RTVE Play.

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Protagonizada por la carismática María Pujalte, la serie logró lo difícil: mezclar humor, crimen y drama personal sin perder la credibilidad. Ahora una nueva generación de espectadores podrá descubrir por qué Laura Lebrel se transformó en una referencia de la televisión pública.

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CRIMEN, COMEDIA Y CAPÍTULOS CONCLUSOS

Llega a Netflix el éxito con misterio que conquistó pantallas hace una década
Fuente: RTVE

A diferencia de las series actuales de Netflix, que optan por largas tramas y cortas temporadas, Los misterios de Laura prefirió un formato clásico, pero funcional: historias cerradas en cada capítulo que van, de alguna manera, tejiendo el hilo argumental de la serie. Con una duración de setenta minutos, cada capítulo era como una película a pequeña escala.

Un crimen que, a primera vista, era sencillo; pistas hábilmente escondidas y un nuevo giro final que pocos, muy pocos, se esperaban, porque el crimen es, en última instancia, una mente generalizada; asesinatos disfrazados de accidentes, desaparecidos con secretos indeseables, suicidios que se cargaban de aroma a crimen mantenían al público en suspenso en la narración, sin cliffhangers.

El formato tenía el valor de ser una serie de entrada rápida, apta para el espectador nuevo que se unía al reencuentro de los misterios en curso algo que a día de hoy aprovecha Netflix; si bien el personaje central tiene momentos de arcos argumentales que jalonan el desarrollo personal de Laura en su relación con Jacobo o en su disyuntiva entre el trabajo y la vida personal, la historia siempre fue el misterio semanal.

A su vez, la propia escritura arroja un afán ágil por la narración de los elementos narrativos; la redacción y los diálogos firmes hacen que la ficción que no pierde matices durante cinco años en la pantalla con fieles seguidores. Pero lo cierto es que el gran acierto fue la equilibrada mezcla de tonos. Boomerang TV y su responsable, Javier Holgado, habían conseguido que un asesinato no acobardase el humor y que las bromas no desvirtuaran los dramas.

Laura podía estar discutiendo con su exmarido un instante y al siguiente encontrar una pista entre las cenizas de un incendio. Esa mezcla tan complicadísima de lograr es hoy uno de los sellos de identidad de la serie. Los guionistas mostraron una gran maestría creando misterios creíbles pero sorprendentes. En contraposición a otras producciones en las cual la identidad del culpable se descubre a los cinco minutos, aquí las pistas estaban bien repartidas.

El espectador podía jugar al lado de Laura sin adivinar el final antes que ella. Los crímenes siempre tenían una motivación tan humana como los celos, la venganza o los secretos familiares, pero nunca eran meras excusas para consumir minutos.


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