sábado, 19 abril 2025

De La Promesa a Valle Salvaje: el personaje que llega para revolucionarlo todo

El mundo de la televisión española tiene un nuevo nombre que resuena con fuerza: Claudia Oslé. Con el cóctel de talento, carisma y versatilidad, esta joven actriz ha saltado de papeles como secundaria a un rol clave en el éxito de las grandes producciones. Su propia trayectoria, como demuestra el esfuerzo y la dedicación que ha puesto, evidencia que el camino para convertirse en estrella no siempre es directo, pero sí acabará siempre sucediendo cuando el talento es auténtico.

Publicidad

Desde que brilló como María en La Promesa hasta llega a Valle Salvaje, Oslé ha conseguido imprimir en los personajes un carácter especial. La interpretación de María en la segunda temporada de la serie de época ha puesto patas arriba la trama y ha puesto a prueba la tensión emocional en la relación de los protagonistas, logrando convertirse en un nuevo fenómeno entre los espectadores.

2
LA PROMESA COMO PUERTA DE ENTRADA

De La Promesa a Valle Salvaje, el personaje que llega para revolucionarlo todo
Fuente: RTVE

Si existe un proyecto que determinó un antes y un después en la trayectoria profesional de Claudia Oslé, ese indudablemente es La Promesa. La telenovela de La 1, situada a inicios del siglo XX, se convirtió en un éxito de audiencia de la mano de una mezcla de romance, intriga y drama social, y en esos momentos Oslé brilló con luz propia en el papel de Juana, joven paciente del sanatorio cuya relación con Martina estuvo cargada de conflicto.

Aunque no le correspondía un papel principal, su interpretación dejó un impacto indeleble; no en vano, en la escena culminante con Juana intentando agredir a Martina, Oslé llevó a cabo una interpretación en una escena de gran intensidad física y emocional. Una emoción que supo resolver tomando como referencia una mezcla de vulnerabilidad y fuerza dentro de un mismo personaje.

La Promesa fue una experiencia breve, pero con el tiempo suficiente como para que la mirada crítica pusiera el foco en ella; los elogios hacia su interpretación no se hicieron esperar, consolidándola como una actriz a tener en cuenta, sin ninguna duda el trampolín que le servía para el salto hacia proyectos más ambiciosos.

El papel de Juana impulsó a Claudia a examinar un bagaje dramático que hasta entonces le había sido imposible mostrar. La vulnerabilidad emocional de su personaje, aliñada con la rabia, dio a entender que podía desenvolverse con solvencia en escenas complicadas. «Juana resultaba un reto porque no quería que fuera simplemente la ‘chica problemática’, sino que el público entendiera ese dolor», comentó en una entrevista.

Cuando salió de La Promesa, el reconocimiento dentro de la industria creció exponencialmente. Los directores de casting y los productores empezaron a mirarla de otra forma, no solo como una actriz de soporte, sino como una actriz con capacidad para asumir papeles más grandes. «Se abrió una puerta de repente», confiesa. Y esa puerta la llevó santamente a Valle Salvaje; su primera oportunidad como parte de un elenco estelar.


Publicidad