La cancelación en mayo de 2018 de las exitosas ‘Las Mañanas de Cuatro’ generó un socavón en los mediodías del segundo canal de Mediaset España del que la señal todavía no se ha recuperado. Algo parecido le ocurre a La 1 con otra tertulia política que disfrutaba de una tendencia positiva, ‘Las cosas cosas’, suprimido en julio de 2021 sin que la cadena pública haya podido encontrar hasta la fecha a un sustituto de garantías.
De ambas anómalas cancelaciones se ha beneficiado el todopoderoso Antonio García Ferreras, que advierte sin temor el retorno televisivo de su adversario más férreo (Jesús Cintora, ahora instalado en las tardes), pero sí que va a tener que sudar para zafarse del hombre que sustituyó a Cintora en ‘Las Mañanas de Cuatro’, Javier Ruiz.
Ruiz se instala el lunes 21 de abril en RTVE para moderar una tertulia política que se incluirá en el remodelado ‘Mañaneros’, que pasa a renombrarse como ‘Mañaneros 360’ tras la salida de su creador Eduardo Blanco, y la llegada del hasta ahora director de ‘El programa de Ana Rosa’, la estrella de Unicorn Content Daniel Fernández.
Los aterrizajes de Fernández y Ruiz acabarán con el monopolio político que disfrutaba a nivel estatal ‘Al rojo vivo’, que exprimía el pasillo que le habían dejado La 1 y Cuatro con dos cancelaciones con aroma político, las de ‘Las cosas claras’ y ‘Las Mañanas de Cuatro’.
Ruiz intentará emular a David Broncano, que con ‘La Revuelta’ acabó con la pasividad que mostraban los rivales de Antena 3 hacia ‘El Hormiguero’ de Pablo Motos.
GIRO GUBERNAMENTAL Y ROSA
Por primera vez en 7 años RTVE está a plena disposición del Gobierno de Pedro Sánchez, que desde 2018 ha sufrido momentos de tensión con la administradora única Rosa María Mateo (a la que se le colocó al emisario monclovita Enric Hernández hasta que un acuerdo entre PSOE, Podemos y PP acabó con la administradora única), y a los presidentes José Manuel Pérez Tornero (que se acercó a Génova 13 y acabó a ‘palos’ contra los asesores sanchistas Miguel Barroso y José Miguel Contreras) y Elena Sánchez (que tenía una concepción clásica de la Corporación pública, se negó al fichaje de Belén Esteban y se resistió al fichaje de David Broncano).
La tensión se ha difuminado después de que el PSOE pactase renovar la cúpula de RTVE con Podemos y Junts per Catalunya, que disfrutan de saludables cuotas de poder en la pública en forma de diversidad ideológica y plurinacionalidad, y diese plenos poderes a José Pablo López, que ha emprendido un giro ‘telecinquero’ (con la llegada de los ex de ‘Sálvame) y progresista (gracias a los fichajes de Jesús Cintora, Javier Ruiz, Inés Hernand o la emisión del estupendo documental ‘7291’ que denuncia los protocolos de la vergüenza de la Comunidad de Madrid).
RTVE hace bien en eliminar vetos a productores, perder prejuicios sobre algunos tipos de televisión, atajar la anomalía que suponía que el exitoso Cintora no tuviese posibilidad de contar con un programa, y buscar audiencia.
Eso sí, se equivocará si se pasa de frenada con la televisión frívola, las consignas gubernamentales, el amiguismo en favor de los productores afines a La Moncloa y la anteposición del la búsqueda del share a ofrecer un servicio público y de calidad.
José Pablo López está devolviendo competitividad a La 1, gracias a los millonarios eventos y algunos hallazgos como ‘La Promesa’ o ‘La Revuelta’. Pero errará si utiliza La 1 para compensar el asfixiante dominio de la derecha en el sistema mediático español desde medios públicos, o si quiere sumar audiencia a toda costa para desgastar a las televisiones privadas en las que hacen fortuna los antigubernamentales Pablo Motos, Vicente Vallés o Ana Rosa Quintana.
Cabe recordar que este giro progresista llega después de que RTVE lleve años fichando a iconos conservadores (Ana Obregón, Los Morancos, Miguel Bosé, Alaska o Santiago Segura) y de injerencias conservadoras (prohibiendo un viaje al Sáhara de un equipo de los informativos, maniobrando para que no se hablase en los ‘Telediarios’ de los escándalos monárquicos o de las energéticas, y despidiendo al guionista Berni Barrachina de ‘La hora de La 1’ por hacer un chiste sobre la intocable Leonor de Borbón).
FERRERAS Y SÁNCHEZ
Las relaciones entre Pedro Sánchez y Antonio García Ferreras se presumen mejores que las del presidente del Gobierno comparte con con Atresmedia. El dirigente socialista se ha negado a imponer el cordón sanitario al director de La Sexta que le exigían socios como Pablo Iglesias, muy crítico con el conductor de ‘Al rojo vivo’ por las aireadas comidas del periodista con el excomisario José Manuel Villarejo.

Uno de los múltiples errores que ha cometido Sánchez en materia mediática es dejarse entrevistar como presidente principalmente por apenas 5 medios (la Cadena SER, El País, TVE, La Vanguardia y La Sexta).
Las relaciones de La Sexta han ido de menos a más, ya que el presidente ha escogido al canal como uno de los escasos medios a los que concede entrevistas (junto a la Cadena SER, TVE y algunos medios impresos como El País y La Vanguardia).
Las relaciones entre periodista y presidente se han normalizado pese a que en 2016 protagonizaron una monumental bronca, tal y como desveló el entonces tertuliano de ‘Al rojo vivo’ Jesús Maraña en un libro editado por el Grupo Planeta.
Maraña narra en la obra ‘Al fondo a la izquierda’ que en una comida Sánchez y Ferreras protagonizaron una refriega con editor Mauricio Casals como testigo privilegiado. «En un momento determinado del almuerzo, Sánchez levanta la voz y se dirige a Ferreras: ‘¿Tú vas a por mí! Sé que estás investigando a mi mujer y a mi suegro. ¡Mírame a los ojos y dime que no es verdad!’. El periodista se pone en pie y responde en el mismo tono: ‘¿Cómo dices? ¡Eso es absolutamente falso! Dinos tú quién te ha ido con ese cuento».
«Es mentira que nadie de mi equipo esté investigando eso -insiste Ferreras-, y además, si no tiene nada que ver con tu dedicación política, a mí me importa un pito», remató Maraña.