lunes, 21 abril 2025

La función ‘vampiro’ activada por defecto en tu Smart TV que consume luz incluso apagada

Vivimos rodeados de tecnología que nos facilita la vida, desde el Smart TV que nos conecta con el mundo hasta los electrodomésticos que nos ahorran tiempo en casa. Sin embargo, esta comodidad a menudo tiene un coste oculto, uno que no siempre se refleja en el precio de compra, sino en la factura de la luz mes tras mes. Pocos sospechan que ese flamante televisor, incluso cuando creemos haberlo apagado, sigue consumiendo energía de forma silenciosa pero constante.

Publicidad

Este fenómeno, conocido como consumo fantasma o ‘standby’, no es nuevo, pero ha adquirido una nueva dimensión con la llegada de los televisores inteligentes. Estos aparatos, verdaderos ordenadores disfrazados de pantalla, están diseñados para estar siempre alerta, listos para obedecer nuestras órdenes al instante o para actualizarse en segundo plano. Y son precisamente esas funciones de conveniencia, activadas por defecto en muchos modelos, las que se convierten en pequeños ‘vampiros’ energéticos que engordan nuestra factura eléctrica sin que apenas nos demos cuenta.

4
LA FACTURA NO MIENTE: CALCULANDO EL COSTE DEL CONSUMO FANTASMA

Fuente Freepik

Puede que el consumo individual de estas funciones en ‘standby’ avanzado parezca pequeño, quizás unos pocos vatios por hora para el inicio rápido y otro tanto para la escucha activa. Sin embargo, si hacemos números, la cosa cambia, un consumo de, pongamos, 10 vatios constantes durante las 20 horas diarias que el televisor podría estar apagado (asumiendo 4 horas de uso), supone un gasto anual considerable. Multiplicando esos vatios por las horas y los días del año, y aplicando el precio medio del kilovatio-hora en España, la cifra puede ascender a varias decenas de euros anuales por un solo aparato.

El problema se agrava si consideramos el parque total de televisores inteligentes en los hogares españoles. Millones de aparatos manteniendo activas estas funciones ‘vampiro’ por defecto suponen un derroche energético agregado enorme, con un impacto no solo en la economía familiar sino también en el medio ambiente, debido a la generación de energía necesaria para cubrir esa demanda fantasma. Cada Smart TV contribuye a esta suma global, haciendo relevante la gestión individual de su consumo.


Publicidad