sábado, 19 abril 2025

Dos amigos cercanos al rey Juan Carlos le hunden en su peor momento

Juan Carlos I, el rey emérito de España, ha sido una figura controvertida en los últimos años. Su imagen pública ha quedado gravemente dañada, especialmente desde que se vio obligado a abandonar el país y vivir en el exilio, después de que se conocieran los escándalos relacionados con sus finanzas secretas y sus negocios en paraísos fiscales.

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Sin embargo, lo que parece estar afectando aún más su reputación y su salud son las declaraciones de dos de sus amigos más cercanos, quienes lo han señalado en momentos delicados de su vida. Estas revelaciones han dejado claro que el futuro del rey emérito parece estar lleno de incertidumbre y que su situación personal y familiar se encuentra en una grave crisis.

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El rey emérito, entre la familia y el exilio

Fuente: Agencias

El diagnóstico de Zarzalejos sobre la demencia senil de Juan Carlos I no es el único problema que enfrenta el exmonarca. Según Peñafiel, dentro de su propia familia se está gestando un ambiente de rechazo hacia él. En su intervención, Peñafiel recordó la situación que vivió el 18 de junio de 2014, el día de la abdicación de Juan Carlos. En esa fecha, la vicepresidenta del gobierno español de entonces, Soraya Sáenz de Santamaría, encontró el documento de la abdicación del rey abandonado sobre la mesa, sin el menor interés por parte de los implicados.

«Lo único que deseaban todos aquellos que propiciaron su marcha era que desapareciera de una puñetera vez», afirmó Peñafiel, aludiendo a la falta de apoyo dentro de la familia real, incluida la reina Sofía, quien en su momento rechazó la idea de que Juan Carlos abdicara. «Abdicar, ¡nunca! El Rey no abdicará ¡jamás! Será Rey hasta su muerte», expresó la Reina Sofía de manera tajante, aunque con el paso de los años, los hechos parecen haber demostrado lo contrario.

Peñafiel también se refirió a las palabras de Albert Boadella, quien dijo que un «gran entierro real» sería el final inevitable para el rey emérito. «¡No hay nada como un gran entierro real! Y además con toda la parafernalia de ¡El rey ha muerto!, ¡Viva el rey!» agregó Boadella, sugiriendo que la muerte de Juan Carlos podría ser un evento muy protocolarizado, con toda la pompa que una figura como él requiere.


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