miércoles, 16 abril 2025

Preocupación por Terelu Campos: viaja a Málaga por Semana Santa y no puede dejar de llorar

Terelu Campos atraviesa una etapa profundamente emocional en su vida. A sus 59 años, la colaboradora de televisión vive uno de los momentos más dulces tras convertirse en abuela por primera vez, pero también sigue lidiando con el vacío que dejó la pérdida de su madre, María Teresa Campos. Esta Semana Santa, la malagueña ha vuelto a su tierra natal para cumplir con una tradición familiar que lleva en el corazón desde niña: acompañar a la cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo, una de las más emblemáticas y queridas de la ciudad. Pero lo que debería ser una cita de recogimiento y fe, se ha transformado para Terelu en un momento de gran desgarro emocional. Ha sido imposible contener las lágrimas frente al paso del Cristo, y muchos de los presentes no han podido evitar preocuparse por su estado.

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Terelu Campos está muy emocionada

Terelu ha llegado a Málaga muy pendiente del cielo. Aunque el sol se dejó ver en las primeras horas del día, la previsión meteorológica anunciaba un posible empeoramiento del tiempo a partir de la tarde, lo que podía afectar al desarrollo de las procesiones. A pesar de las dudas, la madre de Alejandra Rubio no ha querido faltar a la cita más importante de su Semana Santa, como cada año. Desde que falleció su madre en septiembre de 2023, estas fechas han cobrado un matiz mucho más íntimo y doloroso para Terelu, como ella misma confesó en 2024: “Para mí muy dura, evidentemente. El año pasado pasé un luto diferente porque sabía que ella nunca volvería a ver la Semana Santa. Y de esa manera también he ido cumpliendo, desgraciadamente, a lo largo del último año, momentos muy delicados”.

En esta ocasión, la emoción ha sido aún más visible. La colaboradora de Mediaset ha acudido con un estilismo muy parecido al del año anterior, vestida con un traje chaqueta blanco y camiseta rosa, en una imagen ya icónica de su paso por estas fechas. Pero lo que ha llamado la atención no ha sido su atuendo, sino su estado anímico. Tras bajar del palco, se acercó al trono del Cautivo, lo besó, lo tocó, y al dar la vuelta, sus ojos ya estaban inundados de lágrimas. Una estampa muy poderosa que ha reflejado la mezcla de fe, duelo y necesidad de conexión espiritual que la rodea en esta etapa de su vida. A diferencia de otros años, esta vez no ha estado acompañada ni por su hija ni por su hermana, algo que ha generado más inquietud entre sus seguidores, quienes esperaban verla junto a su círculo más íntimo.

La ausencia de sus familiares ha sido especialmente llamativa si se tiene en cuenta que Alejandra Rubio sí participó en la Semana Santa malagueña el Domingo de Ramos. La joven compartió en sus redes sociales imágenes de la Hermandad de la Salud, una de las favoritas de su abuela María Teresa. Vestida de mantilla y caminando junto a los nazarenos, Alejandra formó parte de la Estación de Penitencia, un recorrido que comenzó en la Parroquia de San Pablo a las 17:40 de la tarde y no concluyó hasta las 2:10 de la madrugada. A través de Instagram, compartió un vídeo del emotivo paso, rindiendo homenaje a la memoria de su abuela y mostrando su devoción personal, aunque sin coincidir con su madre en el día más especial para ella.

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