miércoles, 16 abril 2025

La palabra exacta que jamás deberías decir si te detiene la Guardia Civil en un control

Todos nos hemos encontrado alguna vez en esa situación, las luces azules parpadeando en el retrovisor y la indicación inequívoca de detener el vehículo a un lado de la calzada. Es un momento que, inevitablemente, genera cierta tensión, incluso cuando sabemos que no hemos cometido ninguna infracción; y es precisamente en esos instantes iniciales cuando una palabra o frase desafortunada puede complicar sobremanera un simple control rutinario efectuado por la Guardia Civil. La clave reside en comprender que, ante la autoridad, menos es casi siempre más, y que intentar justificarse precipitadamente puede tener el efecto contrario al deseado.

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La carretera es un escenario donde la prudencia no solo se mide al volante, sino también en la interacción con los agentes encargados de velar por nuestra seguridad. A menudo, llevados por los nervios o por un malentendido concepto de colaboración, tendemos a hablar más de la cuenta, a ofrecer explicaciones no solicitadas o, peor aún, a pronunciar frases que, lejos de ayudar, nos colocan en una posición vulnerable. Conocer qué tipo de comentarios debemos evitar a toda costa no es una cuestión de picaresca, sino de simple inteligencia y conocimiento de nuestros derechos y deberes, una herramienta fundamental para que un encuentro fortuito con una patrulla no derive en un problema inesperado y potencialmente grave.

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«SÓLO UN MOMENTITO» Y OTRAS FRASES QUE TE CONDENAN

Fuente Freepik

Existen ciertas expresiones que parecen inofensivas pero que, en el contexto de un control, son auténticas banderas rojas para los agentes. El clásico «solo ha sido un momentito» al ser sorprendido usando el móvil, o el «solo me he tomado una cerveza» en un control de alcoholemia, son ejemplos perfectos de cómo podemos incriminarnos sin darnos cuenta. Estas frases, lejos de excusar nuestra conducta, suponen una admisión implícita de haber cometido una infracción, aunque sea de forma leve, facilitando enormemente la labor sancionadora del agente de la Guardia Civil que nos ha interceptado.

Lo mismo ocurre con justificaciones como «llegaba tarde», «no he visto la señal» o «todo el mundo lo hace». Son comentarios que, aunque pronunciados con la intención de atenuar la falta, en realidad confirman que éramos conscientes de una irregularidad o que actuábamos con negligencia. Incluso el tratar de desviar la atención culpando a otros conductores o a las circunstancias del tráfico rara vez funciona; es preferible asumir el error con silencio si la evidencia es clara, o simplemente esperar a que el agente especifique el motivo del alto, antes que lanzarse a un mar de excusas que nos dejan en peor lugar.


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